Creciendo juntos:comercio con propósito
La columna vertebral de la relación bilateral es, sin duda, su imparable motor económico. Desde la primera planta de Coca Cola en Perú en 1936 o la llegada de Proter & Gamble en 1956 hasta la instalación de centros de datos de Microsoft en el siglo XXI, la conexión económica entre Perú y los EE. UU. ha sido transformadora. Inversiones en minería, energía, agricultura y tecnología sembraron prosperidad.
