En el distrito de Pachacámac, Carmen Felipe-Morales, ingeniera agrónoma especialista en suelos, y su pareja Ulises Moreno, ingeniero agrónomo especialista en fisiología ambiental, han creado Casa Blanca, una finca agroecológica que desde los años 80 promueve la agricultura sostenible en el Valle de Lurín. Recientemente, el proyecto APTES - Perú de San Juan de Lurigancho visitó este lugar en busca de alternativas ecoamigables.
A través de la educación ambiental y el reciclaje, Casa Blanca muestra diversas prácticas agroecológicas. Los cultivos alimentan a animales menores como los cuyes, cuyo guano y los residuos de la cosecha se transforman en compost. El compost y el guano se procesan para obtener bioabonos y biogás, utilizados como combustible limpio en la finca. Esta forma de reciclaje reduce el impacto ambiental y es un ejemplo de práctica agroecológica.
Para Amarilda Aquise, participante del proyecto APTES - Perú y vecina de San Juan de Lurigancho, tener plantas en casa es importante para cultivar alimentos más saludables. Su visita a Casa Blanca despertó el interés de transmitir estos conocimientos a sus hijos.
En Casa Blanca, destaca el diseño armonioso entre los cultivos, la crianza de animales menores y el tratamiento de residuos. La asociación de policultivos, las rotaciones y la agroforestería promueven la conservación de la agrobiodiversidad. La finca también utiliza un humedal artificial para tratar las aguas servidas y evitar la contaminación del subsuelo. Además, Casa Blanca es pionera en el uso de un biodigestor mejorado, que produce bioabonos a partir del estiércol de cuy.
Al finalizar la visita, los participantes pudieron adquirir excedentes de frutas y bioabonos de Casa Blanca. Con nuevas ideas, regresaron a San Juan de Lurigancho comprometidos con la transición ecológica y social. Ahora están listos para iniciar un ciclo de capacitaciones en agroecología y mejorar la alimentación y calidad de vida de su comunidad