Un proyecto de ley aprobado el último martes ha convertido a Noruega en el primer país del mundo en autorizar la minería en aguas profundas a escala comercial, una práctica controvertida que ha alarmado a los especialistas y defensores del medio ambiente.
La iniciativa busca acelerar la búsqueda de metales preciosos, los cuales tienen una gran demanda, paradójicamente, en la industria verde. No obstante, los científicos ambientales han advertido que la aprobación del proyecto podría tener efectos devastadores para la vida marina.
El plan se circunscribe a aguas noruegas, pero este año podría alcanzarse un acuerdo sobre minería en aguas internacionales. Al respecto, el gobierno noruego dijo que estaba siendo cauteloso y que sólo comenzaría a emitir licencias una vez que se llevaran a cabo más estudios ambientales.
Los ambientalistas temen que especies de ballenas como la jorobada puedan verse afectadas por la minería en aguas profundas. El Instituto Noruego de Investigación Marina (IMR) dijo que se hicieron suposiciones basándose solo en una pequeña área de investigación y estas fueron aplicadas a toda el área planificada para la perforación.
Se estima que se necesitan entre cinco y diez años más de investigación para entender los impactos en las especies.
Las profundidades del mar albergan rocas del tamaño de una papa que se conocen como nódulos y costras: éstas contienen minerales como litio, escandio y cobalto, fundamentales para las tecnologías limpias, incluidas las baterías. La propuesta de Noruega le permitirá a las empresas mineras presentar solicitudes para explotar unos 280.000 kilómetros cuadrados, un área mayor que el tamaño de Reino Unido.