Las altas temperaturas, combinadas con la humedad y otros factores ambientales propios del verano, favorecen la aparición de roedores, cucarachas y mosquitos, lo que genera riesgos importantes para la salud, la seguridad alimentaria y la economía de sectores productivos, indicó el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa)
El biólogo Ernesto Berrocal, especialista en plagas de Productos y Servicios Agroindustriales (PSAI), explicó que muchas de estas son “ectotérmicas”, lo que significa que su metabolismo y reproducción se aceleran con el calor. Esto puede ocasionar un crecimiento exponencial en su población, afectando hogares, oficinas e industrias, especialmente aquellas relacionadas con alimentos.
Señaló que, además del aumento de la temperatura, otros factores como la mayor disponibilidad de alimentos al aire libre y la acumulación de agua de lluvias, contribuyen a la formación de criaderos para mosquitos e insectos.
“Esto se traduce en un aumento significativo de plagas de moscas, cucarachas y roedores, los cuales no solo deterioran infraestructuras, sino que también representan un riesgo para la salud humana”, afirmó el especialista de PSAI.
Frente al mayor riesgo de plagas en el verano, Berrocal subrayó la importancia de una vigilancia constante en industrias, oficinas y hogares, prestando atención a señales como presencia de excrementos de roedores, cables dañados o estructuras afectadas.
Además, el especialista señaló que es determinante mantener una limpieza constante en espacios habitables e industriales y cellar grietas o aberturas que puedan servir como puntos de entrada para las plagas. Además, es indispensable controlar la humedad utilizando deshumidificadores y almacenar alimentos en recipientes herméticos, entre otros.
Si pese a estas medidas se detecta la presencia de plagas, es crucial recurrir a servicios especializados que apliquen programas de Manejo Integral de Plagas (MIP), los cuales incluyen acciones de monitoreo, desinsectación y control de fauna.