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Orina de ballenas es el fertilizante de los océanos
11 Mar 2025 | 13:00 h

Orina de ballenas es el fertilizante de los océanos

Investigadores descubren que está cargada de nutrientes

Una nueva investigación ha revelado que la orina de las ballenas está cargada de nutrientes, y en tal sentido, durante mucho tiempo ha actuado como un fertilizante natural de los océanos, determinó una reciente investigación publicada en la revista Nature Communications.

El estudio descubrió que los cetáceos dispersan este potenciador a lo largo de las aguas ricas y frías donde se alimentan, hasta las costas cálidas cercanas al ecuador donde se aparean y dan a luz. Además, en ese camino, van dejando restos de piel, las heces de sus crías y las placentas de los recién nacidos, así como los cadáveres de las que llegaron al final de su vida.

"El movimiento del nitrógeno y otros nutrientes puede ser importante para el crecimiento del fitoplancton, o algas microscópicas, y proporcionar alimento a los tiburones y otros peces y muchos invertebrados", explica Joe Roman, biólogo de la Universidad de Vermont y codirector de la investigación.

Según el estudio, las grandes ballenas -incluidas las francas, las grises y las jorobadas- transportan cada año unas 4.000 toneladas de nitrógeno a zonas costeras con pocos nutrientes en los trópicos y subtrópicos por todos los océanos del mundo.

También aportan más de 45.000 toneladas de biomasa. Y antes de que la era de la caza humana de ballenas diezmara las poblaciones, estos aportes a larga distancia podían haber sido tres o más veces mayores.

Miles de ballenas jorobadas viajan cada año desde una vasta zona donde se alimentan en el Golfo de Alaska a una más restringida en Hawái, donde se reproducen. Allí, la aportación de nutrientes -toneladas de orina, piel, cadáveres y deposiciones- de los cetáceos se duplica, calcula el equipo de científicos.

"Lo llamamos la 'gran cinta transportadora de ballenas", o también "puede verse como un embudo porque las ballenas se alimentan en grandes áreas, pero necesitan estar en un espacio relativamente confinado para encontrar pareja, reproducirse y dar a luz porque las crías no tienen la energía para recorrer largas distancias como pueden hacer las madres", apunta Roman.