El veneno de serpientes peruanas podría convertirse en un tratamiento efectivos contra cánceres altamente agresivos, como el de mama triple negativo, pulmón y colon, señaló un estudio realizado por investigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM).
Los especialistas tratan de identificar y aislar con precisión segmentos específicos de proteínas—denominados péptidos— presentes en la ponzoña, y que son capaces de inhibir la migración y proliferación de células cancerosas, previniendo potencialmente la metástasis y logrando una alta selectividad hacia células tumorales.
“Gracias a la tecnología de péptidos podemos localizar las regiones específicas (en el veneno de serpiente) que tienen estos efectos antitumorales y luego, mediante la tecnología del ADN recombinante, producirlas de manera masiva para poder seguir indagando y ver las potenciales aplicaciones, como en diagnóstico y también como agentes ya terapéuticos propiamente dichos”, señaló el doctor Dan Erick Vivas Ruiz, uno de los investigadores.
En la actualidad, el equipo de investigación ya ha reportado resultados prometedores desde 2020, mostrando cómo enzimas presentes en el veneno, como las proteasas Pictobina y Pictolisina y la fosfolipasa A2 BaMtx, logran atacar selectivamente mitocondrias de células tumorales sin afectar a las células sanas, y con ello demostrando potencial para evitar la propagación del cáncer en organismos vivos.
Actualmente, existen ejemplos claros de uso de péptidos o proteínas en la industria farmacéutica o en la medicina a partir de veneno de serpientes. Por ejemplo, el Captopril que se utiliza para las personas que sufren de hipertensión tiene como origen el veneno de una serpiente. Luego tenemos Ecarin, que se utiliza como un agente antitrombótico en Europa.