Más de la mitad los humedales de Huanchaco, en Trujillo, resultaron seriamente afectados por un derrame tóxico producido en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) de la empresa Sedalib.
Son más de 1.5 kilómetros los que quedaron destruidos a consecuencia del evento, informó Carlos Ucañán Arzola, miembro de la Asociación de Pescadores Artesanales de Huanchaco. Además, denunció que en enero pasado se registró un evento similar, y hasta el momento la compañía no ha cumplido con resarcir a los afectados.
“Si bien es cierto que algunas pozas se han salvado, a consecuencia de estos dos atentados a los balsares de Huanchaco se ha afectado la producción de totora para todo un año, lo que pone en evidente riesgo la pesca ancestral de más 40 familias”, alertó.
Asimismo, el vocero afirmó que Sedalib y las autoridades pueden usar la lluvia, del sábado 29 de marzo, para excusarse por este nuevo atentado contra los totorales de Huanchaco, que precisamente promueve la pesca ancestral en caballito de totora, que está declarada como Patrimonio Cultural de la Nación.
Ucañán menciona que los balsares son pozas que tienen entre 1.5 y 3 metros de profundidad y que demora un año aproximadamente en producir totora, pero refiere que muchas de ellas posiblemente no produzcan la cantidad que corresponde porque ya están contaminadas con estas aguas servidas.
La empresa Sedalib informó que el desborde de su Planta de Tratamiento de Aguas Residuales en la zona del Tablazo, Huanchaco, se produjo la madrugada del 30 de marzo a consecuencia del ingreso de caudales extremos al emisor Mochica por la lluvia registrada el día anterior.
Comunicaron que al ingresar más agua se hizo imposible manejar las aguas tratadas y estas terminaron desbordándose, lo que suma además la “acción errónea” de abrir los buzones durante las precipitaciones pluviales.