Agentes de la Policía Nacional decomisaron gran cantidad de aves que eran mantenidas en condiciones terribles y que eran vendidas, ilegalmente, y en la feria dominical de la ciudad de Andahuaylas, región Apurímac.
Al menos 37 loritos estaban muertos. Las aves tenían las plumas cortadas, pintadas y despigmentadas con el afán de teñirlos de colores que les provoca irritación. También, sufrieron traumatismos craneoencefálicos, lo que evidencia el trato cruel al que fueron sometidas como víctimas del tráfico ilegal.
En tanto, 29 periquitos esmeralda (Forpus coelestis) y tres pihuichos (Brotogeris versicolurus) fueron entregados al Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor), tras ser decomisados en la intervención.
Las aves, procedentes del norte de país, bosques secos, y de la Amazonía peruana, se encontraban hacinadas dentro de costales de rafia y en cajas de cartón, que determinaron un estado de salud crítico, con signos de estrés extremo, desnutrición severa, deshidratación, hematomas y otras afecciones.
Los ejemplares estaban en posesión de dos ciudadanos, cuyos documentos de identidad figuraban como dirección Lima. Ellos fueron detenidos por la Policía Nacional del Perú y afrontan un proceso administrativo sancionador por parte del Serfor y son investigados penalmente por la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (Fema).
Al respecto, Gina Valencia Ramos, administradora técnica del Serfor Apurímac explicó que las aves sobrevivientes reciben atención especializada por los especialistas con el fin de estabilizarlos y poder trasladarlos a centros de rescate, y evaluar su posible rehabilitación y liberación a su hábitat natural.
Agregó que el Serfor Apurímac inició un Procedimiento Administrativo Sancionador (PAS) contra los dos ciudadanos por “comprar, ofrecer a la venta, vender, almacenar, y/o poseer especímenes de fauna silvestre de origen ilegal”. La sanción por esta infracción es una multa mayor a 10 hasta 5,000 UIT, según los criterios de gradualidad.