Enormes Icebergs, del tamaño incluso de ciudades enteras, navegaron a la deriva frente a las costas del Reino Unido, revelaron unas marcas recién descubiertas en el fondo marino.
Así lo determinó una investigación impulsada por científicos del British Antarctic Survey (BAS). El documento señala que las señales muestran el lugar donde estos descomunales trozos de helo se arrastraron por el fondo del mar del Norte hace entre 18.000 y 20.000 años.
Se trata de la primera prueba clara de que monstruosos icebergs vagaban por esta zona -a menos de 145 kilómetros de la costa británica- y ofrece valiosos datos sobre cómo podría cambiar el paisaje helado de la Antártida a medida que el continente se calienta.
"Hablamos de enormes icebergs de cima plana o 'tabulares'", explica el geofísico marino James Kirkham, del BAS, refiriéndose a los icebergs que provocaron los profundos surcos. "De forma conservadora, medían entre cinco y quizá unas decenas de kilómetros de ancho -comparable a la superficie de una ciudad británica de tamaño medio como Cambridge o Norwich- y podían tener un par de cientos de metros de grosor".
Preservadas en los sedimentos enterrados bajo el lecho marino actual, estas marcas de arado se remontan a la última glaciación, un periodo en el que una capa de hielo que cubría gran parte de las islas británicas e irlandesas se retiró debido al calentamiento del clima.
Se detectaron por primera vez en los datos sísmicos utilizados para localizar plataformas de perforación de petróleo y gas en la cuenca de Witch Ground, situada entre Escocia y Noruega. En esta zona ya se habían detectado surcos individuales formados por pequeños icebergs, pero las estelas de cientos de metros de ancho de Witch Ground demuestran que también hubo icebergs tabulares gigantescos.
Las plataformas de hielo son importantes para la estabilidad de la capa de hielo, explica BAS. Apuntalan y retienen el hielo glaciar, que de otro modo se escurriría mucho más rápido hacia el océano. El desprendimiento regular de icebergs tabulares en el borde de ataque de las plataformas -que a veces ocurre sólo cada pocas décadas- ayuda a mantener los glaciares detrás de ellas en un estado estable. El 75% de la Antártida está rodeada por estas plataformas flotantes