Economía
Social
Cambio Climático
Soy abogada, con maestría en políticas públicas y especializada en gestión de proyectos, energía y ambiente. Me enfoco en iniciativas para el impulso de energías renovables y la diversificación de la matriz energética. Asimismo, en la promoción de la electrificación del transporte y la carbono neutralidad en el ciclo productivo.
El avance global hacia metas de energía sostenible continúa, aunque a un ritmo insuficiente. Según el PNUD, 733 millones de personas carecen de acceso a la electricidad, lo que representa aproximadamente una de cada diez en el mundo.
En Perú, datos del Ministerio de Energía y Minas al 2024 indican que cerca del 10% de la población, unos 3 millones de peruanos, aún no disponen de electricidad. En 2021, el 71% de la población mundial tenía acceso a tecnologías y combustibles limpios para cocinar, frente al 64% en 2015. Sin embargo, en zonas rurales del Perú, cerca del 30% de las familias aún dependen de combustibles contaminantes como leña y carbón, para cocinar.
Aunque se han logrado avances, se estima que para 2030 no se cumplirán los compromisos climáticos, y millones de peruanos seguirán enfrentando estos desafíos. Esto evidencia la necesidad urgente de acelerar acciones en energía sostenible en el país.
En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030, el ODS 7 busca garantizar acceso a energía asequible, fiable y moderna para todos, imprescindible para sectores como agricultura, educación, sanidad y transporte. Por otra parte, el ODS 11 pretende convertir las ciudades y comunidades en espacios inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles. Ambos objetivos están estrechamente vinculados, pues la energía limpia y asequible es fundamental para la sostenibilidad urbana.
La implementación de energías renovables, junto con la gestión eficiente de recursos y la reducción de emisiones, es clave para el desarrollo urbano sostenible. En Perú, la meta es lograr ciudades inclusivas, seguras, resilientes y sostenibles, asegurando viviendas y servicios básicos adecuados, especialmente para los grupos vulnerables. Un sistema energético sólido es el eje transversal que impulsa todos los sectores: desde la industria, salud, educación, agricultura, infraestructura, hasta las comunicaciones y la tecnología.