Casi la mitad de la población mundial sufrió hasta 30 días adicionales de calor extremo y peligroso el año pasado, debido a las emisiones de combustibles fósiles, reveló un estudio de la World Weather Attribution, Climate Central y el Centro del Clima de la Cruz Roja.
El documento, publicado con motivo del Día de Acción contra el Calor, procede de un análisis sobre los datos de temperatura de 247 países y territorios entre mayo de 2024 y mayo de 2025. Los especialistas descubrieron que, en 195 de ellos, el cambio climático al menos duplicó el número de días clasificados como "calor extremo".
"Este estudio debe tomarse como otra grave advertencia. El cambio climático está aquí, y mata", afirma la doctora Friederike Otto, del Imperial College de Londres y de World Weather Attribution (WWA).
Para comprender la influencia del cambio climático, los científicos definieron primero el "calor extremo" como los días en que las temperaturas superaron el percentil 90 de las medias entre 1991 y 2020. En otras palabras, el 10% de los días más calurosos de ese periodo. A continuación, contaron cuántos días de ese tipo se produjeron en cada país entre mayo de 2024 y mayo de 2025.
Asimismo, utilizaron modelos climáticos para simular un mundo sin un calentamiento inducido por el hombre. Al comparar ambos conjuntos de datos, pudieron cuantificar cuántos días de calor extremo adicionales podían atribuirse directamente al cambio climático. La diferencia era asombrosa.
En muchas partes del mundo, el calentamiento global no sólo aumentó las temperaturas. Hizo que las olas de calor, antes raras, fueran casi diarias. Aruba, por ejemplo, sufrió 187 días de calor extremo el año pasado. Sin el cambio climático, la población de la isla sólo habría soportado 45 de esos días.
Los investigadores identificaron 67 episodios de calor extremo en todo el mundo el año pasado. Se centraron en cuatro: Asia Central en marzo de 2025, Sudán del Sur en febrero de 2025, México, EE.UU. y Centroamérica en junio de 2024 y el Mediterráneo en julio de 2024. En todos los casos, constataron que el cambio climático aumentaba la probabilidad de que se produjeran calores devastadores o los agravaba.