El parque nacional Huascarán (PNH) cumple hoy, 1 de julio, sus 50 años de creación y consolidación como uno de los territorios naturales más emblemáticos del Perú y del planeta.
Este ecosistema se ubica en el corazón de la cordillera Blanca, la cadena montañosa tropical más grande del mundo. Entre sus joyas naturales destacan el nevado Huascarán, el más alto del país; el nevado Alpamayo, considerado el más bello del mundo; y una red de glaciares, lagunas y paisajes que lo convierten en un destino turístico y científico de talla internacional.
Creado en 1975 y reconocido por la Unesco como Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de Biósfera, el PNH se extiende por más de 340,000 hectáreas de biodiversidad única. Su legado va mucho más allá del paisaje: se ha consolidado como motor económico y social para más de 59,000 habitantes de la región.
Uno de los pilares de estos 50 años es el trabajo articulado del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), y las comunidades campesinas, asociaciones de usuarios y pequeños ganaderos que habitan o utilizan los pastos del espacio.
Este modelo de gestión participativa permite fortalecer la conservación desde el respeto a las costumbres, los conocimientos ancestrales y los derechos comunales.
El PNH conserva especies únicas, y también es uno de los reservorios de agua más importantes del Perú. Con más de 660 glaciares y 300 lagunas, alimenta las cuencas de los ríos Santa, Marañón y Pativilca, garantizando agua para millones de personas, campos agrícolas y ecosistemas costeros.
A sus 50 años, este parque demuestra que las áreas protegidas no son un freno al desarrollo, son el camino hacia un desarrollo más equilibrado y sostenible.