Varias localidades de España son consumidas por los incendios forestales que se desataron en los últimos días por la tremenda ola de calor que afecta a toda Europa, y que parece dejar sin oportunidades a los bomberos.
Fuentes oficiales del país confirmaron que los siniestros ya dejan 382.607 hectáreas quemadas, más de 31.000 personas desalojadas, cuatro fallecidos y decenas de heridos, pese a una leve mejoría en las condiciones meteorológicas.
Varias regiones del país como Castilla y León, Galicia, Asturias (al norte del país) o Extremadura (oeste) agrupan los más de 40 incendios localizados, de los cuales 21 están activos, por lo que representan una situación de emergencia por "mayor gravedad".
El presidente de España, Pedro Sánchez, anunció que emitirán una declaración de zonas afectadas por una emergencia de Protección Civil a los territorios arrasados por las llamas.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) bajó hoy el nivel de peligro por incendios en áreas del norte y este de la Península. Además, anunció que se esperan tormentas "localmente muy fuertes", entre hoy y mañana, que ayudarán a reducir la peligrosidad de los focos activos, aunque no serán suficientes en amplias zonas de Galicia y el sur del territorio donde aún hay riesgo "muy alto o extremo".
La Guardia Civil y la Policía Nacional desalojaron a más de 31.130 personas debido a los incendios forestales en el noroeste del país y en Extremadura desde que se declaró la preemergencia el pasado 12 de agosto, según datos del Ministerio del Interior.
Los dos cuerpos de seguridad del Estado español mantienen su despliegue medio de los últimos días, centrado en misiones de desalojo y confinamiento de las poblaciones amenazadas por el fuego, con la movilización de 5.000 agentes de la Guardia Civil, 350 de la Policía Nacional y 200 de Protección Civil.