Las condiciones extremas de calor, sequedad y viento que alimentaron los devastadores incendios registrados en Europa, fueron 40 veces más probables debido a la crisis climática, determinó un estudio de la World Weather Attribution (WWA).
El fenómeno fue visible en España y Portugal, en el marco del extremo verano que azota al viejo continente, determinó el análisis.
Los fuegos, que dejaron ocho víctimas mortales, arrasaron más de 640.000 hectáreas en ambos países, dos tercios del área total calcinada en Europa en 2025. El informe advierte de la urgencia de reducir combustibles fósiles y reforzar la gestión de la vegetación abandonada.
Los investigadores concluyeron que las olas de calor y la sequía han intensificado la propagación de incendios en la Península Ibérica, donde las altas temperaturas superaron los 40 ºC durante diez días consecutivos, el episodio más cálido jamás registrado en España.
El cambio climático, causado principalmente por la quema de combustibles fósiles, ha hecho que las condiciones meteorológicas propicias para los incendios sean aproximadamente 40 veces más frecuentes y un 30 % más intensas, según el estudio de World Weather Attribution.
Los datos sugieren que, en el clima actual, que se ha calentado 1,3 °C desde la era preindustrial, se espera que las condiciones extremas que agravaron los recientes incendios forestales se produzcan aproximadamente una vez cada 15 años. En comparación con un clima 1,3 °C más frío, esto supone un aumento de la probabilidad de aproximadamente un factor de 40 y un aumento de la intensidad de las condiciones meteorológicas propicias para los incendios de aproximadamente un 30 %.
El trabajo de World Weather Attribution (WWA) apunta que las condiciones favorables al fuego son hoy un 30 % más intensas y 40 veces más probables que en la era preindustrial, mientras que la ola de calor fue 200 veces más probable y 3 ºC más cálida.