Hablar de agua en agricultura no es solo enfocarse en riego: es hablar de bienestar. Por ello, garantizar el acceso al agua, así como fomentar su uso eficiente, se traduce en comunidades con mejores condiciones de vida.
Base de cualquier desarrollo social y económico, el agua es considerado el más importante de los recursos naturales . Es más, en las zonas rurales—donde la agricultura es el motor de la comunidad—, el acceso y uso responsable del agua es el punto de partida para un futuro sostenible.
“Antes de tener este proyecto, nosotros los agricultores sembramos por temporada de lluvia, lo que es siembra temporal. Ahora que tenemos agua del proyecto ya tenemos la facilidad, no solamente de dedicarnos a sembrar, sino de tener una siembra más estabilizada”, comenta Juan Carlos Mío More, socio fundador de la asociación de agropecuarios ELIM.
Teniendo como instrumento principal el uso eficiente del agua, diversas iniciativas demostraron que es posible impulsar una agricultura sostenible gracias al uso de:
Un claro ejemplo de convertir el agua en una oportunidad de crecimiento es el riego tecnificado para biohuertos aplicado en el Caserío Huabal. Mediante su uso, favorece a que ingrese agua “a modo de lluvia” a los cultivos.
Asimismo, se contribuyó con una docena de sacos de compost para el colegio de Huabal y San Antonio de Tours de Pomahuaca. El objetivo es promover la alimentación saludable y sostenible a través del aprendizaje práctico y la conexión con la naturaleza.
“Nos están apoyando con un biohuerto. También nos han apoyado con abono orgánico y a realizar riego tecnificado”, menciona Segundo Acha Jimenez, director de Caserío de Huabal.
La iniciativa de la concesionaria Trasvase Olmos además de beneficiar a más de 200 estudiantes de nivel primario y secundario, fomenta el respeto al medio ambiente, el uso de abonos orgánicos y control de plagas mediante técnicas naturales.
Sin embargo, para que el sistema funcione de manera eficiente, la gestión del agua no puede ser sólo tarea de unos pocos; requiere el compromiso de toda la comunidad. Por lo mismo, desde el Caserío La Juliana se elaboraron 6 Mapas Comunitarios de Riesgo (MCR).
Mediante estos mapas, es la misma población quién identifica las fuentes de agua y los riesgos de sequía o inundaciones. Del mismo modo, preparan sus acciones de mitigación y los municipios tienen la herramienta de gestión para generar respuestas oportunas en caso de emergencias y/o desastres.
Cada una de estas experiencias son una muestra de lo que significa trabajar con responsabilidad social. Así lo reconoce la docente Sandra Santacruz Rojas, a través de una entrevista con La República. “Desde que ingresé a trabajar, la institución (11232 La Juliana) ha recibido beneficios de la empresa H2Olmos a través de diferentes proyectos.H2Olmos se ha involucrado tanto como los docentes, familias y la comunidad”.
H2Olmos y la Concesionaria Trasvase Olmos no solo se limitan a resolver problemas inmediatos, sino también incentivan a las comunidades a ser productivas, sostenibles y resilientes frente al futuro.
[CONTENIDO PATROCINADO]