La expansión del internet en Perú sigue avanzando, pero a dos velocidades. Al cierre de 2024, más de 4 millones de conexiones fijas estaban activas a nivel nacional, según Osiptel. Sin embargo, esa cifra esconde una gran desigualdad: el acceso a internet depende del lugar donde vives. Mientras que en las ciudades cada vez más hogares se conectan con fibra óptica de alta velocidad, en zonas rurales la realidad es otra. Allí, solo el 21.7% de los hogares cuenta con internet fijo, de acuerdo con datos del INEI.
En zonas rurales, el acceso al internet móvil ha sido clave para reducir el aislamiento digital: más del 80% de los hogares lo utiliza, según Osiptel. Pero este tipo de conexión, aunque más accesible y sin necesidad de instalación, no es suficiente para cubrir necesidades más exigentes, como el teletrabajo, las clases virtuales, el comercio electrónico o el uso de plataformas en la nube.
Las redes móviles suelen ser inestables, presentan baja velocidad y colapsan en horas pico, especialmente en contextos rurales. No reemplazan al internet fijo, que ofrece mayor estabilidad, mejor latencia y permite desarrollar actividades económicas con mayor eficiencia.
La baja cobertura de internet fijo en regiones rurales se debe a barreras estructurales. La falta de infraestructura básica como energía eléctrica, caminos accesibles o redes troncales de fibra óptica hace que llevar el servicio a estas zonas sea complejo y costoso. A eso se suma que los operadores privados no suelen ver viable invertir en comunidades pequeñas, debido al bajo retorno económico.
En 2022, el Programa Nacional de Telecomunicaciones (Pronatel) estimó que el 89% de los centros poblados del país no contaba con cobertura fija, y que solo un 24% de los que sí la tenían fueron conectados por privados. El resto depende de inversiones públicas o proyectos específicos.
El acceso a internet de calidad permite diversificar fuentes de ingreso, vender productos en línea, acceder a formación técnica o trabajar de forma remota. Todo eso es mucho más difícil y/o imposible con una conexión móvil limitada.
Un estudio de 2023 del BID Invest y NTT Data reveló que cada 10% de aumento en la cobertura de banda ancha puede elevar el PBI en 3.19% y aumentar la productividad en 2.69%. En otras palabras, mejorar el acceso a internet fijo también es una estrategia de crecimiento económico.
Actualmente, el Estado impulsa iniciativas como Internet para Todos y los proyectos de Pronatel, que buscan cerrar la brecha urbano-rural. Además, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) propone fortalecer el uso del canon por cobertura, que permite a las empresas destinar parte de lo que pagan por el uso del espectro radioeléctrico a mejorar la conectividad.
También se ha planteado revisar el sistema de metas técnicas, ajustándolo a las condiciones reales de las regiones más alejadas. La propuesta es establecer objetivos de velocidad más graduales y diseñar una regulación diferenciada que tenga en cuenta el alto costo de operar en zonas remotas.