Durante la pandemia, generada por el Covid-19, la conectividad pasó de ser un asunto secundario a convertirse en una necesidad imprescindible para muchas familias. Según Maite Vizcarra, experta en innovación tecnológica, en los meses de confinamiento “pudimos observar cómo muchos servicios públicos tuvieron que desarrollarse de manera remota principalmente a través de Internet”. Por ello, en el actual contexto, la especialista manifiesta que “el acceso a dicho servicio debe ser considerado como un derecho fundamental del que deberían beneficiarse, a un precio competitivo, todos los peruanos sin distinción”.
Bajo esa premisa, cabe preguntarse lo siguiente: ¿Qué significa tener un país conectado y cuáles serían sus principales ventajas? Para Gonzalo Ruiz, Doctor en Economía por la Pontificia Universidad Católica del Perú, “un país conectado es aquel en el que sus ciudadanos y empresas tienen acceso a tecnologías de la información como telefonía (fija o móvil) o Internet (banda ancha)”. En consecuencia, la conectividad representa múltiples beneficios para distintos sectores.
En el caso de las empresas, una buena conectividad significa ser más competitivas y tener la posibilidad de promover mejoras a través de la digitalización de sus procesos. Para el ciudadano, por su parte, representa mayores oportunidades laborales y un acceso de calidad a servicios públicos como la salud o la educación. Al respecto, Gonzalo Ruiz, subraya que, para la población en general, la conectividad es “acceder a una mayor igualdad de oportunidades”.
Por lo tanto, ante los múltiples beneficios, resulta ineludible comprender cuánto se ha avanzado en temas de conectividad y cuáles son los desafíos para los próximos años. En el caso específico de la infraestructura vinculada a la provisión de servicios móviles, existe la necesidad de que los operadores de telecomunicaciones desplieguen un número significativo de Estaciones Base Celular (EBC) que permitan atender la creciente demanda de internet móvil.
Según Carlos Huamán, Economista y CEO de DN consultores, “en términos comparados, el Perú tiene menos de 1,100 antenas 4G por cada millón de habitantes, mientras el promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) es de 6,500 estaciones base celular 4G por millón de habitantes. Impulsar la compartición de infraestructura y sostener las medidas que impulsaron el fuerte crecimiento del acceso a internet durante la última década, favorecerá las condiciones para el desarrollo sostenible, la inclusión digital y la competitividad del país, en beneficio de los ciudadanos”.
Ante esta realidad, no debemos perder de vista que, en el Perú, para tener una mayor y mejor cobertura de servicios móviles es necesario aumentar el número de antenas instaladas por cada millón de habitantes. Por ello, según Virginia Nakagawa, Socia Senior en Nakagawa Consultores Regulatorios, “las autoridades, a todo nivel, deben facilitar e incluso incentivar la instalación de mayor infraestructura de telecomunicaciones en sus territorios ya que es la única forma de contar, por ejemplo, con Internet”. De lo contrario, aquellas regiones que no inviertan en este tipo de infraestructura se verán afectadas con menos medios para desarrollar emprendimientos, acceder a la educación digital o recibir atención de salud remota, aspectos sustanciales para una mejor calidad de vida.
Datos según DN Consultores:
El Perú tiene menos de 1,100 estaciones base celular (EBC) 4G por cada 1 millón de habitantes, mientras que Chile cuenta con 1,500 EBC.
Por cada 1 mil Km2, el Perú tiene menos de 30 EBC 4G, mientras que Costa Rica o México se ubican en 120 u 80 EBC respectivamente.
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