El fenómeno El Niño y el cambio climático amenazan con drenar la vía que mueve el 6% del comercio marítimo mundial. El administrador de la Autoridad del Canal, Ricaurte Vásquez, manifestó que: “La gran desventaja que tiene el canal de Panamá, como ruta marítima, es el hecho de que nosotros operamos con agua dulce, mientras que las otras rutas marítimas usan agua de mar”.
Frente a la situación de escasez de lluvias, el canal se vio obligado a restringir el calado de buques, lo que ocasionará una merma de 200 millones de dólares en sus ingresos en el año 2024. “Tenemos que encontrar soluciones para poder seguir siendo una ruta para el servicio al comercio internacional. Si no nos adaptamos, entonces vamos a fallecer”, indicó Vásquez.
El calado fue restringido a 13.11 metros, dos metros menos de los que se permitía esta vía en 1914. De 40 buques que en promedio cruzaban diariamente en el 2022, ahora cruzan solo 32 para ahorrar agua, la fuente de energía que mueve los barcos en las esclusas. Por cada nave se vierten 200 millones de litros al mar.