El tequila es una bebida emblema de México y muy popular en muchas partes del mundo. En las últimas tres décadas la demanda de tequila creció un 526%. Como consecuencia las plantaciones de agave, planta de la cual se extrae la bebida, se han tenido que expandir a zonas naturales protegidas.
En 2017, hubo 29 millones de plantas disponibles y cinco años después, en 2022, la cifra incrementó a 375 millones de plantas.
Para ser esta industria más responsable, desde el Consejo Regulador del Tequila A.C. (CRT) han ideado un plan de Desarrollo Sostenible que comenzó en el 2016. Como primer paso se creó la etiqueta ARA (Agave Responsable Ambiental), la primera de su tipo en bebidas alcohólicas en el mundo.
Para llevar esta etiqueta las empresas productoras de tequila deberán demostrar que han desarrollado planes de descarbonización y prácticas de agricultura sostenibles, que su producto no deforeste los ecosistemas protegidos y hagan un uso eficiente del agua.
“El compromiso de la agroindustria es que para el año 2027, todo el Tequila que se produzca utilice agave que demuestre no haber provocado deforestación. Actualmente, seis empresas tequileras han producido su primer lote de tequila ARA, con una producción de más de 800 000 litros ya certificados como libres de deforestación” detalló Ramón González director del CTR a Forbes.