Las cañitas de papel han entrado en el mercado y en la vida de los consumidores para reemplazar a las tradicionales cañas de plástico. Su popularidad se debe a que, en teoría, son sostenibles y contaminan menos. Sin embargo, qué tan cierto es esto.
Un estudio publicado en la revista Food Additives and Contaminants, encontró que los sorbetes de papel en Europa contienen sustancias químicas conocidas como sustancias poli y perfluoroalquilas (PFAS). Estos aditivos apenas se descomponen en el medio ambiente y en nuestros cuerpos.
Los investigadores probaron 39 marcas diferentes de sorbetes hechos de papel, vidrio, bambú, acero inoxidable y plástico. La mayoría de las marcas (el 69%) contenían PFAS (18 tipos diferentes). Además, los químicos se detectaron en el 90% de las marcas analizadas, aunque en concentraciones muy variables.
Como recomendación, los investigadores sugieren que las personas comiencen a usar sorbetes de acero inoxidable o las abandonen por completo.