The Global Carbon Proyect, organización que se dedica a la cuantificación de emisiones de gases de efecto invernadero, reveló que el 2022 se generaron 40.600 millones de toneladas. Frente a este escenario, surge la pregunta si las empresas pueden compensar el CO2 que emiten a la tierra.
La respuesta es que sí y se puede hacer a través de los créditos de carbono que existe desde 1997 gracias al Protocolo de Kyoto. También llamados como bonos de carbono son un permiso de emisiones.
Por cada uno de los también llamados bonos de carbono, una empresa o un país tiene derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono o el equivalente de otro gas de efecto invernadero.
Actualmente, hay dos mecanismos para la compra de créditos de carbono: