La idea de una reforestación masiva a escala planetaria, como se ha impulsado en los últimos años desde ciertas instancias internacionales "no solo sería inútil, sino contraproducente", aseguró a Efe el ingeniero de Montes Víctor Resco de Dios, profesor de ingeniería forestal en la Universidad de Lleida, en España.
Coincidiendo con la cumbre climática mundial, la COP28, en Dubái, el científico advirtió que por ejemplo, en la sabana africana, que es típica de latitudes intertropicales, con una vegetación de pastizales y árboles pequeños de escasa densidad, la idea de una reforestación masiva transformaría por completo los ecosistemas.
Las consecuencias serían "demoledoras" para la biodiversidad y las comunidades. "Cuando se hace una reforestación pasan veinte o treinta años hasta que se convierte en sumidero neto de carbono", asegura el científico. "Al plantar árboles se remueve y airea el suelo emitiéndose CO2 a la atmósfera. Por ello, una reforestación a corto plazo es una fuente de CO2. Solo pasadas dos o tres décadas es cuando los árboles ya grandes pasan a convertirse en sumidero de carbono", según el experto.
"Con las emisiones de combustibles fósiles se desentierra carbono de las capas geológicas de la tierra en forma de petróleo y se emite a la atmósfera". Al plantar árboles no se devuelve ese CO2 al terreno: el sumidero es transitorio porque se puede quemar y descomponer, advirtió.