Anfitrión apura la iniciativa para que pueda ser negociada en el eventoLa delegación de Brasil, el país anfitrión de la COP30, colocó en la agenda del evento una hoja de ruta que busca dejar atrás los combustibles fósiles, una medida que causará tremendos impactos en todo el mundo.
La iniciativa fue impulsada, de manera acelerada, ante el apoyo de varios países, y que sigue creciendo con el avance de la cumbre climática.
El embajador brasileño Mauricio Lyrio, uno de los principales negociadores, recordó que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, ya pidió una hoja de ruta en su discurso de apertura de la conferencia, por lo que esa es «la dirección que Brasil quiere seguir».
Por otro lado, el diplomático reconoció que apenas se está en un «momento inicial» de la negociación y que «no se puede anticipar el progreso de un proceso tan complejo», dada las resistencias de varios países que dependen de los combustibles fósiles tanto por el lado del consumo como por el de la producción.
«Empezamos a conversar, pero es necesario respetar los tiempos de la negociación y, yo diría, la participación de todos, ya que se trata de un esfuerzo colectivo», declaró Lyrio.
Los países se comprometieron, por primera vez, en la COP28 celebrada en Dubái en 2023 a impulsar una «transición» para dejar atrás los combustibles fósiles, la principal causa del calentamiento global.
Sin embargo, la referencia a ese compromiso fue escueta y no se mencionaron los tiempos para llevarlo a cabo, una falta de detalle que varios países buscan remediar en la presente cumbre.
Aparte de la hoja de ruta, los negociadores brasileños pretenden presentar un borrador por separado sobre otros temas polémicos que están marcando la COP30, como la falta de ambición de las metas nacionales de recorte de emisiones contaminantes y las obligaciones de las naciones ricas de proveer financiación a las menos desarrolladas.