inforegion

Cusco: Festicamélidos 2025 logra hito genético y lanza alerta climáticaEl evento marcó un precedente nacional al presentar por primera vez al 100% de los ejemplares con registro genético oficial, en medio de un llamado urgente a proteger los bofedales frente al calentamiento global
25 Nov 2025 | 14:14 h

Cusco: Festicamélidos 2025 logra hito genético y lanza alerta climática

Más allá de la festividad y el color, el Festicamélidos Cusco 2025, clausurado este último fin de semana, ha dejado dos mensajes claros para el país: la ganadería altoandina ha entrado en una nueva era de tecnificación científica y, simultáneamente, enfrenta su mayor amenaza histórica debido a la crisis climática.

El evento, que tuvo lugar del 20 al 23 de noviembre, reunió a productores y criadores de seis regiones claves —Puno, Arequipa, Apurímac, Pasco, Lima y Cusco— y dinamizó la economía local con más de un millón de soles. Sin embargo, el verdadero legado de esta edición radica en su rigurosidad técnica.

Por primera vez en la historia de estos certámenes, la totalidad de los animales en exhibición —más de 600 alpacas y 250 llamas, además de la vicuña “Amaru”— contaron con registro genético nacional. Este procedimiento, avalado por el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), implica exámenes de fibra, sangre y un perfil de genotipo basado en marcadores microsatélites.

A pesar de los avances en genética y población, el sector enfrenta un escenario crítico. Durante el evento, las autoridades y expertos advirtieron sobre el impacto directo del cambio climático en los ecosistemas por encima de los 4,000 m.s.n.m.

El retroceso glaciar y la alteración de los patrones de lluvia están secando los bofedales, humedales altoandinos esenciales para la alimentación del ganado. Según reportes del Senamhi y el Minam citados durante el festival, el aumento de temperatura también ha propiciado la aparición de enfermedades y parásitos inéditos en estas alturas.

El Perú posee más del 80% de la población mundial de alpacas, lo que convierte a este sector en un pilar de la identidad nacional y la economía rural. A diferencia del ganado introducido, los camélidos son ecológicamente sostenibles: no erosionan el suelo y consumen menos agua.

El Festicamélidos 2025 no solo sirvió como vitrina para la gastronomía y la textilería de élite, sino que funcionó como una plataforma política para exigir la protección de las "fábricas de agua" de los Andes. Con la genética como herramienta y el clima como desafío, los criadores altoandinos han dejado claro que el futuro de esta fibra de lujo depende de decisiones ambientales urgentes.