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Exigen a la ONU regular el transporte marítimo de ganadoExigen a la ONU regular el transporte marítimo de ganado
10 Dic 2025 | 17:00 h

Exigen a la ONU regular el transporte marítimo de ganado

La errática travesía del buque Spiridon II, que navegó durante meses con miles de vacas a bordo tras ser rechazado en su puerto de destino, ha sido la gota que colmó el vaso. Organizaciones de bienestar animal de todo el mundo, lideradas desde Australia bajo la coalición Stop Live Exports, han lanzado una ofensiva diplomática dirigida a la Organización Marítima Internacional (OMI), la máxima autoridad náutica de las Naciones Unidas.

El objetivo es claro: que la OMI deje de ser un espectador y establezca regulaciones internacionales vinculantes que terminen con el "vacío legal" que permite el sufrimiento extremo del ganado, riesgos para las tripulaciones y daños al medio ambiente marino.

El caso que encendió las alarmas comenzó el pasado 19 de septiembre, cuando el Spiridon II partió de Montevideo (Uruguay) con 2,901 vacas rumbo a Turquía. Sin embargo, al llegar a la costa de Bandirma el 22 de octubre, las autoridades turcas rechazaron la descarga debido a controversias sobre el origen y la trazabilidad de los animales.

Lo que siguió fue un periplo marcado por la opacidad. El 14 de noviembre, el armador anunció el regreso a Uruguay, pero cuatro días después, el sistema de identificación automática (AIS) de la nave fue desconectado frente a Túnez, convirtiéndolo en un "barco fantasma".

La nave reapareció el 22 de noviembre en Bengasi (Libia), donde se presume que desembarcó el ganado tras semanas de incertidumbre. Posteriormente, tras un breve anuncio de viaje a Egipto, el buque cambió de rumbo hacia Beirut (Líbano), donde permanece desde el 10 de diciembre, ya vacío ("en lastre"), cerrando un ciclo comercial marcado por el sufrimiento animal.

En su carta al Secretario General de la OMI, la coalición Stop Live Exports, respaldada por los informes técnicos de la ONG francesa Robin des Bois y la Animal Welfare Foundation, plantea una serie de demandas urgentes para evitar que se repitan crisis como la del Spiridon II. La organización exige establecer regulaciones internacionales vinculantes que normen el diseño de los buques ganaderos, garantizando así la estabilidad, la ventilación adecuada y la seguridad tanto de los animales como de la tripulación. A su vez, solicitan la implementación de planes de contingencia obligatorios que eliminen el riesgo de viajes indefinidos, forzando a los transportistas a asegurar la capacidad de descarga y gestión del ganado en estaciones de cuarentena si el país de destino niega el ingreso. Finalmente, la coalición requiere una auditoría ambiental exhaustiva sobre la disponibilidad de instalaciones portuarias para recibir desechos y cadáveres, con el fin de investigar el cumplimiento del Convenio MARPOL y frenar el vertido impune de carga orgánica en alta mar.

La iniciativa se sustenta en un informe de marzo de 2024 sobre 64 transportistas de ganado homologados por la UE, que ya advertía sobre la precariedad de esta flota. Ahora, la pelota está en la cancha de la OMI, mientras la sociedad civil vigila de cerca si la institución global tomará medidas para limpiar una industria manchada por la crueldad y la falta de transparencia.