El Santuario de Elefantes de Brasil (SEB) informó la muerte de Kenya, la última paquiderma africana que se mantenía en estado de cautiverio en Argentina, país del cual había sido trasladada hacía solo cinco meses.

La hembra tenía 44 años y su historia de liberación marcó un hito histórico en el país. Su muerte ocurrió acompañada por sus cuidadores, quienes permanecieron junto a ella durante toda la noche previa.

El equipo veterinario del santuario detectó el sábado pasado una modificación en la respiración de Kenya, un síntoma preocupante en la fisiología de los elefantes. “Los elefantes generalmente enmascaran enfermedades, iniciamos inmediatamente inyecciones de antibióticos”, informó el refugio.

Además, los especialistas también añadieron tratamientos para los dolores articulares, destinados a aliviar las molestias provocadas por su historial previo en cautiverio.

En principio, las jornadas transcurrieron entre evaluaciones clínicas, muestras de sangre y sesiones de terapia adicional. Kenya aceptó las inyecciones e incluso facilitó el trabajo de los veterinarios, inclinándose para recibir el medicamento en los músculos de sus patas.

Sin embargo, preocupó al equipo la falta de interés en ciertos alimentos, el cansancio y la reticencia a acostarse. «Cuando un elefante deja de acostarse, puede ser por miedo a no poder levantarse de nuevo», detalló la entidad.

El lunes, el equipo médico reforzó el tratamiento con un nuevo antibiótico de amplio espectro y decidió instalar un catéter intravenoso. Se habilitó una terapia de líquidos, administración de medicamentos y mecanismos de ventilación para refrescarla.

Sin embargo, «después de varios días sin mostrar señales de que ella estuviera acostada, Kenya finalmente se acostó», relató la institución. Tras este cambio, al amanecer su respiración se alteró y lanzó «una suave trompeta de cachorro» antes de partir rápido y en silencio.

Kenya llegó en julio de 2025 al Santuario de Elefantes de Brasil tras un meticuloso proceso de preparación que incluyó siete años de acondicionamiento. El operativo requirió innumerables evaluaciones sanitarias, permisos internacionales y un sistema de entrenamiento basado en el refuerzo positivo.

Murió Kenya, la última elefanta en cautiverio de Argentina

Había sido trasladada a un santuario de Brasil cinco meses antes

Comercial

Soy un ciudadano que está convencido que desde donde estemos podemos ser grandes agentes de cambio, en mi caso apuesto por un desarrollo
económico que sea respetuoso con el ambiente, con nuestra diversidad cultural y en el que todas y todos prosperemos en igualdad.

La Navidad es una época de unión y celebración, pero también uno de los momentos del año donde más consumimos. En medio de luces, regalos y compras rápidas, a veces olvidamos que nuestras elecciones tienen un impacto directo en el planeta. Por eso, es clave recordar que el consumo y la producción sostenibles forman parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) —específicamente el ODS 12—, que nos invita a reducir el uso innecesario de recursos, minimizar residuos y promover modelos productivos más responsables.

<h2>El Día de la Sobrecapacidad del Planeta: una alerta que no podemos ignorar</h2>

Cada año, el mundo recibe un recordatorio contundente: el Día de la Sobrecapacidad del Planeta. Esta fecha marca el momento en que la humanidad ha usado todos los recursos naturales que la Tierra puede regenerar en un año. Desde ahí en adelante, vivimos “a crédito ecológico”: usamos reservas del planeta y generamos residuos que no pueden recuperarse a tiempo. Este año, la humanidad alcanzó el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra el 24 de julio de 2025.

Que esta fecha llegue cada vez más temprano muestra que los actuales patrones de consumo no son sostenibles. Y aunque el problema es global, las decisiones individuales —como las que tomamos durante la Navidad— sí pueden generar un cambio significativo.

<h2>Consumidores peruanos: una tendencia creciente hacia la sostenibilidad</h2>

En los últimos años, los peruanos mostramos mayor interés por productos más responsables con el ambiente.

Algunas tendencias que se observan es que muchas personas prefieren marcas que muestran prácticas sostenibles, como uso de materiales reciclados, producción eficiente o programas de recolección de residuos; crece el interés por productos locales, lo que reduce las emisiones asociadas al transporte y apoya a la economía local o regional; valoran la durabilidad y reparabilidad, en lugar del consumismo rápido; las empresas que integran la sostenibilidad en su propuesta de valor tienden a generar mayor confianza entre los consumidores peruanos.

Esta nueva consciencia es especialmente visible en fechas de alto consumo, como Navidad, donde las personas buscan regalos que no solo sean útiles, sino también coherentes con sus valores.

Este cambio de mentalidad —cada vez más perceptible durante épocas de compras intensas como la Navidad— puede marcar la diferencia cuando se multiplica por miles de consumidores.

<h2>Economía circular: cuando los productos nacen pensando en el planeta</h2>

La economía circular se basa en una idea simple: los materiales deben mantenerse en uso el mayor tiempo posible, evitando el desperdicio. En lugar de extraer-producir–usar–botar (modelo lineal), se apuesta por diseñar bienes duraderos, reparables, reciclables o incluso hechos a partir de residuos.

Apostar por bienes que integran la economía circular no solo reduce la presión sobre los recursos del planeta, sino que también impulsa a las empresas a innovar y mejorar.

En Navidad, esto puede traducirse en elecciones como: ropa y accesorios hechos con fibras recicladas o con retazos; juguetes o artesanías fabricados con materiales reutilizados, madera certificada o recursos locales; decoraciones navideñas reutilizables o biodegradables; productos electrónicos de larga duración o con posibilidad de reparación; envases recargables o reutilizables en cosmética o cuidado personal.

Al optar por este tipo de bienes, se favorece una lógica de consumo más consciente, circular y responsable. Además, se impulsa a las empresas a adoptar prácticas más sostenibles, generando así un círculo virtuoso que beneficia al planeta y a las comunidades.

Elegir consumir responsablemente no significa renunciar a la Navidad, sino celebrarla con sentido. Convertir cada regalo en una decisión consciente —no solo estética o económica— puede transformar una tradición en una oportunidad de cuidado ambiental.

En un momento en que el planeta nos marca con claridad sus límites, tenemos la urgente necesidad de demostrar que el desarrollo puede ir de la mano con el respeto al ambiente. Cada emprendimiento sostenible, cada espacio de venta para productos sostenibles y circulares y cada decisión de compra consciente son pequeñas acciones que, sumadas, crean un movimiento imparable.

Si algo nos recuerda el Día de la Sobrecapacidad de la Tierra es que aún estamos a tiempo de cambiar la historia. Y ese cambio empieza en nuestras ciudades, en nuestros barrios y en nuestras casas. El futuro sostenible no es un sueño lejano: ya está sucediendo, y depende de todos que ese impulso crezca, florezca y transforme nuestro territorio. Porque construir un Perú más circular no es solo un desafío: es una invitación a imaginar un país más justo, resiliente y próspero para las próximas generaciones.

Conoce emprendimientos y productos sostenibles y circulares en los siguientes links:

https://www.gob.pe/institucion/minam/campa%C3%B1as/831-catalogo-de-eco-y-bionegocios https://www.aliadoporlaconservacion.pe/

Noticias

Murió Kenya, la última elefanta en cautiverio de Argentina