Actualmente, en el Perú se generan 23,853 toneladas de residuos sólidos al día, lo que equivale aproximadamente a llenar tres estadios nacionales repletos de basura cada día. A pesar de los esfuerzos, solo el 2.1% del total de residuos generados al año —orgánicos e inorgánicos— se recupera y valoriza mediante los programas municipales de segregación en la fuente.

Esto ocurre a pesar de que la normativa vigente obliga a todos los ciudadanos a separar los residuos reciclables desde el lugar en que se generan —hogares, oficinas, escuelas, mercados, industrias, etc.— y exige a las municipalidades implementar programas de recolección diferenciada en el 100% de su jurisdicción. Sin embargo, sabemos que esta obligación no se cumple en todo el país. Aunque hay municipios cuyos alcaldes y alcaldesas han liderado con éxito estos procesos, lamentablemente no son la mayoría, lo que se refleja en las cifras oficiales.

Esta obligación también aplica a las empresas privadas de todo tipo, que como generadores deben separar sus residuos y gestionarlos adecuadamente.

Por otro lado, existen empresas en el Perú que utilizan materiales reciclables como plástico, cartón, vidrio y tetrabriks para producir nuevos productos: botellas, envases, cajas, entre otros. No obstante, el porcentaje de materia prima reciclada que utilizan sigue siendo bajo comparado con la materia prima virgen. Incluso, algunas de estas empresas importan residuos del extranjero ante la falta de insumos locales.

Paradójicamente, el volumen real de residuos reciclados es superior al que reportan las municipalidades. Esto se debe en gran parte a los recicladores y recicladoras, verdaderos héroes que, en busca de un ingreso para sus familias, se dedican a recolectar residuos. Algunos están integrados en programas municipales, pero muchos otros trabajan de manera informal, exponiéndose a condiciones laborales precarias y riesgos a su salud.

¿Qué necesitamos para realmente celebrar el Día del Reciclaje en el Perú?

1. Implementación efectiva de programas municipales de segregación en la fuente.
Es urgente que los municipios desarrollen estos programas en todo su territorio, y que se fortalezca la fiscalización y la aplicación de sanciones para quienes no cumplan con lo establecidos en la normativa, así como incentivos para quienes sí lo hacen.

2. Apoyo decidido a los recicladores.
Se requiere un programa nacional que promueva la formalización del reciclaje, con incentivos económicos no reembolsables para la creación de centros de acopio, adquisición de vehículos, maquinaria e incluso beneficios tributarios. Existen precedentes exitosos en otros sectores, como PROINNOVATE para MYPEs y AGROIDEAS para el agro.

3. Participación activa del sector privado.
Las empresas que usan materiales reciclados deben asociarse para crear corredores de reciclaje a nivel nacional, con hubs descentralizados de acopio y esquemas logísticos de carga compartida. Esto facilitaría el transporte y valorización de residuos con distintas características. Es el momento de aplicar la responsabilidad extendida del productor, una política que ya funciona en varios países de la región.

¿Quién liderará este proceso? ¿El gobierno? ¿El sector privado? ¿La sociedad civil? Lo que necesitamos es liderazgo, voluntad política y un gran movimiento colectivo. Solo así podremos transformar nuestras cifras y celebrar con orgullo el Día Mundial del Reciclaje en el Perú.