Durante el primer semestre del 2022, según un reporte del Instituto Nacional de Estadística e Informática (Inei), los delitos que más afectan a la población –de 15 años a más– son el robo de dinero, carteras y celulares. En las zonas urbanas, a nivel nacional, se estima que 10 de cada 100 habitantes son víctimas de este tipo de hechos delictivos.
Frente a esta problemática, que afecta sobre todo a los habitantes de grandes ciudades, surge la siguiente interrogante: ¿cómo disminuir el índice delictivo en el país? Definitivamente, la tecnología es un aliado estratégico en la gestión de la seguridad ciudadana y, por ende, en la disminución de la tasa de criminalidad.
Por ello, las autoridades –a nivel nacional– deben impulsar, en sus respectivas localidades, la inversión en infraestructura de telecomunicaciones que posibilite, además de una mayor conectividad, el uso de cámaras de videovigilancia inteligentes, sensores o sistemas de geolocalización.
De esa manera, la Policía Nacional del Perú y los serenazgos podrían trabajar de manera coordinada en la prevención y control de posibles situaciones de riesgo; no obstante, la realidad suele ser otra, debido a que actualmente las centrales de monitoreo aún mantienen tecnología desfasada y en muchos casos no han migrado hacia sistemas digitales.
Según César Ortiz, presidente de la Asociación Pro Seguridad Ciudadana (Aprosec), “en los 43 distritos de Lima existen 7,547 cámaras de vigilancia de los distintos serenazgos, muchas de las cuales funcionan mal o incluso se encuentran malogradas. Por otro lado, un porcentaje de estos dispositivos están mal ubicados o provienen de tecnología análoga”.
Todos estos factores impiden que se realice una gestión eficiente y oportuna de la seguridad ciudadana en el país. Por ello, resulta imprescindible la digitalización de este servicio a través del uso de redes inteligentes y aplicaciones que puedan intercambiar datos en tiempo real. Solo así la ciudadanía y los organismos (públicos y privados) podrán desenvolverse en ciudades mucho más seguras.
Al respecto, Ana Quintanilla, gerente de regulación de Telefónica del Perú, señala que “un estudio de McKinsey estableció que 4 de cada 10 robos (u otros incidentes criminales) podrían ser evitados a través de aplicaciones para la seguridad ciudadana como –por ejemplo– mapas de delito a tiempo real, vigilancia policial predictiva o sistemas de seguridad en el hogar”.
Por otro lado, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), “en Perú, como en toda Latinoamérica, el alto grado de inseguridad generado por la violencia y la delincuencia obstaculizan el crecimiento económico y la reducción de la pobreza”. Por lo tanto, invertir en conectividad y tecnología aplicada a la seguridad ciudadana significa mejorar, en todo sentido, la calidad de vida de las personas.
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