


Con el aumento de delitos informáticos en Perú, es importante estar alerta ante las estafas digitales más comunes. En 2025, se han reportado más de 100 casos diarios, lo que resalta la necesidad de informarse y protegerse adecuadamente. La digitalización y el uso de dispositivos móviles han facilitado el trabajo de los estafadores, quienes perfeccionan sus métodos constantemente. Carlos Mendoza, director de Seguridad en MAPFRE Perú, advierte sobre la importancia de no confiar en mensajes o llamadas sospechosas.
En este contexto, es fundamental conocer las cinco estafas digitales más peligrosas que están afectando a los peruanos. A continuación, se detallan estas modalidades delictivas y cómo prevenirlas.
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El phishing se ha convertido en la modalidad más denunciada en el país. Los estafadores suplantan la identidad de bancos y empresas a través de correos electrónicos y mensajes de texto, buscando obtener información confidencial. Con el uso de inteligencia artificial, estos fraudes se han vuelto más sofisticados, logrando clonar voces y crear mensajes personalizados que engañan a las víctimas.
El carding implica el acceso ilegal a datos de tarjetas de crédito o débito. Los delincuentes realizan compras pequeñas para no ser detectados, pero también pueden suplantar identidades de personas con buen historial crediticio para realizar compras cuantiosas en sitios de comercio electrónico fuera del país.
En esta estafa, los delincuentes obtienen datos personales de la víctima y contactan a la compañía telefónica para bloquear y duplicar la tarjeta SIM. Con el control del número, pueden acceder a la banca o billeteras digitales que utilizan la verificación por SMS, facilitando transferencias y operaciones fraudulentas.
Las aplicaciones falsas han proliferado con el crecimiento de las billeteras digitales. Los estafadores crean aplicaciones que simulan ser las originales y las promocionan en redes sociales. Al descargar la aplicación falsa e ingresar datos, los usuarios se convierten en víctimas del robo de información.
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Los delincuentes utilizan publicidad engañosa en plataformas como Facebook e Instagram para dirigir a los usuarios a sitios web fraudulentos. Estos portales simulan ser bancos o tiendas en línea con ofertas irresistibles, buscando robar información o dinero.
“La confianza y la acción impulsiva son las bases sobre las que prosperan muchas de estas estafas. La mejor defensa es dudar antes de actuar, verificar cada solicitud y reportar cualquier actividad sospechosa”, enfatiza Mendoza.
Los fraudes digitales son una realidad constante, pero la precaución también debe serlo. Mantener hábitos seguros, como verificar identidades y no compartir datos por canales no oficiales, puede prevenir consecuencias severas. Tu cuidado puede marcar la diferencia entre seguridad y vulnerabilidad.



