

El mundo digital está en todas partes y todas horas. Por lo mismo, mantenernos alejados de las pantallas puede ser un poco difícil. Especialmente para los menores que no saben cuál es su límite de uso.
Diversos estudios identifican que, cuando los niños pasan demasiado tiempo frente a una pantalla comienzan a reaccionar de una manera distinta, a comparación de los menores que interactúan con sus pares. Si notas señales como irritabilidad, apatía o aburrimiento constante, ¡es mejor que estés alerta!
Llega el fin de semana y los niños -tras terminar todas sus actividades escolares- quieren un momento de relajación. Ante ello, la solución más práctica para los adultos es ofrecer un aparato electrónico, sin saber el gran daño que causan.
Ximena Pastor, asesora pedagógica del Colegio de la Inmaculada, recalca que “es clave ofrecer a los niños una estructura ligera y predecible que incluya tiempos de descanso, alimentación y momentos de conexión familiar”. Es a través de estas actividades que los infantes procesan emociones, habilidades sociales y construyen confianza en sí mismos.
Cabe mencionar que las actividades desarrolladas no deben ser rígidas ni respetadas totalmente, sino también contar con espacios de espontaneidad y tiempo en el que el niño desarrolle su creatividad.
“Una rutina saludable después del colegio no significa tener todo el día programado. Es fundamental que los niños tengan tiempo para jugar, imaginar, relajarse y compartir en familia. Eso también es parte del aprendizaje”, añade la pedagoga.
Algunas recomendaciones básicas brindadas por la especialista son:
Si bien es cierto que cada una de estas actividades, requieren del tiempo compartido entre un adulto y un niño, la satisfacción de que el menor desarrolle sus propias capacidades artísticas no tiene precio alguno.