Un examen de admisión significa dar un paso decisivo hacia el inicio del futuro profesional. Mientras más cercana es la fecha de la prueba, los postulantes experimentan las emociones más diversas, empiezan a dudar de ellos mismos o al revés, les gana un entusiasmo desbordante o tal vez la ansiedad y el miedo al fracaso los transforman en un manojo de nervios imparable antes de la prueba.
“Si bien ese temor puede mantener al postulante en estado de alerta ante situaciones que significan un desafío, puede transformarse en una experiencia negativa si se deja llevar por el descontrol de manera frecuente, producto de ese temor y de pensamientos pesimistas e irreales”, advierte el psicólogo y psicoterapeuta Manuel Saravia Oliver, director del Instituto Guestalt de Lima.
Cómo afecta la ansiedad a los postulantes
“La ansiedad es un estado emocional que aparece cuando estamos frente a una situación nueva o una amenaza que real o imaginaria, y ello genera una reacción en el cuerpo y la mente y se presenta con tensión muscular, taquicardia, sudoración, mareos, dolores de cabeza y estomacales”, añade Manuel Saravia.
Ansiedad en los jóvenes. Ante estas situaciones, que lamentablemente afectan a muchos jóvenes que van a dar una prueba tan importante como el examen de admisión, el psicoterapeuta nos deja diez consejos para salir airosos y así poder mantenerse concentrados y con los sentidos apuntando a dar la prueba correctamente.
Diez consejos para controlar la ansiedad y rendir mejor
- Entrena la mente como entrenas el cuerpo: El examen no es solo conocimiento, es resistencia mental. Practica simulacros reales cronometrados para familiarizarte con el ambiente de la prueba.
- Respira antes de responder: Aprende respiración diafragmática (4 segundos inhalar, 4 retener, 4 exhalar). Hazlo antes de empezar la prueba y entre preguntas para evitar el "quedarte en blanco".
- No es un examen de tu valor personal: Es una prueba que mide conocimientos, no tu inteligencia ni tu valor como ser humano. No confundas el resultado con tu identidad.
No confundas los resultados con tus habilidades. - Anticípate al miedo con realismo: Pregúntate: "¿Qué es lo peor que podría pasar?" y "¿Qué haría si eso ocurre?" Al dar respuestas, se reduce el poder del miedo.
- Ensaya tu ansiedad, no solo tus respuestas: Visualízate con nervios, pero siempre actuando. Imagínate entrando al aula con ansiedad, respirando, concentrándote y avanzando.
- Recuerda tu "para qué": Ten a la mano una imagen, frase o símbolo que te recuerde por qué estás luchando por esa carrera. Eso te conecta con el propósito y te dará calma.
- Duerme bien la noche anterior: Evita estudiar hasta tarde. Dormir consolida la memoria y mejora el rendimiento. La falta de sueño puede simular un estado de embriaguez cognitiva.
Descansa 8 horas diarias. - El cuerpo también estudia: Camina, estírate, baila, toma agua. El cuerpo en movimiento ayuda a liberar la tensión y mejora el flujo de oxígeno al cerebro.
- Ten un plan B y otro C: No veas la prueba como un todo o nada. Considera otras formas de llegar a tu meta: cambiar de casa de estudios, esperar un nuevo examen, trabajar y estudiar. Esto reduce la presión.
- Recuerda que congelarse no es fracasar, es humano: Si te bloqueas, no te juzgues. Respira, vuelve a ti, y empieza con una pregunta fácil. El cerebro puede reiniciarse si lo tratas con compasión.
Respira poco a poco y cree en ti.