
En Lima, la empresa de espacios de trabajo compartidos cuenta con cuatro ubicaciones estratégicas, donde reúne a más de 4,100 miembros, incluyendo a unas 300 empresas de diversos tamaños y sectores. Según Nicolás Sánchez, Lead of Sales para Perú y Colombia, la compañía proyecta cerrar el año con una tasa de ocupación cercana al 84%, por encima del 76% actual.
En medio de una reorganización global orientada a fortalecer su sostenibilidad operativa, WeWork mantiene su apuesta por América Latina, con Perú como uno de los mercados más activos. Aunque la compañía ha iniciado una etapa de transformación en sus operaciones centrales en Estados Unidos, su presencia regional se mantiene estable, con foco en eficiencia, flexibilidad y adaptación al nuevo entorno laboral.
“Estamos alineando nuestras operaciones en América Latina con la estructura global, priorizando eficiencia, experiencia del cliente y sostenibilidad de largo plazo. Lima ha mostrado un crecimiento importante y seguimos viendo oportunidades reales de consolidación”, señaló el ejecutivo.
En Latinoamérica, WeWork opera con edificios en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. En total, suman 70 ubicaciones y 84 mil miembros. La reorganización de la compañía viene con un enfoque en optimizar cada sede según su desempeño y potencial de crecimiento.
“El trabajo híbrido llegó para quedarse. Muchas empresas ya no quieren atarse a contratos de cinco o diez años. Nosotros ofrecemos membresías desde un mes, lo que permite a las compañías ajustar su espacio de acuerdo con la evolución de sus equipos”, explicó Sánchez. Este modelo ha sido bien recibido, en especial por compañías con estructuras rotativas, proyectos temporales o equipos distribuidos.
Además de la flexibilidad, el mercado busca ofrecer una experiencia diferenciada: espacios listos para operar, ubicaciones estratégicas, comunidad empresarial activa, y servicios integrados para sus miembros.
Desde emprendedores hasta grandes corporaciones, WeWork ha desarrollado una propuesta adaptable. Una de sus principales ventajas competitivas, según Sánchez, es la estandarización global: “Una empresa que ya trabaja con WeWork en Nueva York o Bogotá, sabe qué esperar al llegar a Lima. El estándar es el mismo, y eso reduce la curva de instalación y operación”.
Hoy, la demanda en la capital peruana se mantiene sólida pese al contexto político y económico inestable. “En momentos de incertidumbre, las empresas buscan modelos que les permitan responder rápido a los cambios, sin asumir compromisos fijos. Eso es exactamente lo que ofrecemos”, afirma el ejecutivo.