

La calidad de audio de un televisor no solo depende de su modelo, sino también de su ubicación en el hogar. La disposición de los muebles y el entorno pueden alterar la percepción del sonido, generando ecos y distorsiones. Optimizar estos factores mejora la experiencia auditiva sin necesidad de accesorios adicionales.
Según Patricia Paulet, subdirectora de Ingeniería y Tecnología de IDAT, “hasta el 42% de los problemas de sonido reportados por los usuarios se deben exclusivamente a una mala ubicación del televisor y no al equipo en sí”. Por lo tanto, es importante considerar la ubicación del televisor para disfrutar de un sonido potente y nítido.
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La elección del lugar adecuado para el televisor influye en el confort visual y en la distribución del audio en la habitación. A continuación, se presentan recomendaciones para optimizar la acústica en el hogar.
Colocar el televisor en un lugar estratégico es fundamental para una experiencia auditiva satisfactoria. Los especialistas sugieren evitar espacios cerrados o muebles ajustados, ya que muchos televisores proyectan el sonido hacia la parte posterior o inferior. Cuando las paredes del mueble rodean los parlantes, se generan resonancias que deterioran la calidad del audio.
Lo más recomendable es situar el televisor sobre un mueble bajo, dejando algunos centímetros de separación respecto a la pared y espacio libre alrededor. Esto favorece la propagación uniforme de las ondas sonoras, evitando rebotes bruscos y la sensación de que el audio suena “encerrado”. Además, mantener el centro de la pantalla a la altura de los ojos permite que el sonido se dirija correctamente hacia el oyente, evitando que las ondas viajen hacia el suelo y regresen con múltiples reflejos.
Uno de los errores más frecuentes es encajar el televisor en un espacio demasiado estrecho dentro del mueble principal. Esta disposición atrapa el sonido y produce distorsiones, especialmente en las frecuencias graves, generando la sensación de que las voces están apagadas o poco definidas. Colgar la TV completamente pegada a la pared, aunque estéticamente atractivo, provoca rebotes inmediatos que crean un sonido difuso, especialmente en escenas de diálogo.
Además, instalar la pantalla muy por encima del nivel visual hace que el audio viaje en la dirección equivocada, dispersándose antes de llegar al oyente. Estos errores pueden comprometer la calidad del sonido y la experiencia general al ver televisión.
La distribución de la sala es tan importante como la ubicación del televisor. Cada mueble, material y objeto dentro del espacio impacta en la forma en que las ondas sonoras se desplazan. Según Paulet, “la mejora acústica puede aumentar entre un 25% y 30% con simples ajustes en la posición del televisor y la redistribución del mobiliario”.
Los muebles también juegan un papel importante: las mesas de vidrio, por ejemplo, suelen reflejar el sonido, alterando el canal central donde se reproducen la mayoría de los diálogos. Retirar obstáculos entre los parlantes y los espectadores contribuye a una mayor precisión sonora, mejorando la experiencia auditiva en general.
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