

La crianza consciente se presenta como una respuesta a las inquietudes de millones de padres y cuidadores, ofreciendo un enfoque reflexivo y empático. En este contexto, el libro 'Amados Padres' de Giannina Valdivia Muñoz se convierte en una guía integral para educar a los hijos desde la infancia hasta la adolescencia.
La especialista en desarrollo personal y educación, Giannina Valdivia Muñoz en su investigación de neurociencia y psicología del desarrollo, propone herramientas prácticas para cultivar la inteligencia emocional y el vínculo afectivo. A través de cuatro estrategias clave, los adultos pueden ayudar a sus hijos a convertirse en seres humanos seguros y resilientes.
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La obra destaca la importancia de nombrar emociones, validar sentimientos, educar con el ejemplo y establecer rutinas emocionales, elementos que son fundamentales para el desarrollo integral de los niños.
Una de las herramientas centrales que describe Valdivia es la capacidad de ayudar a los niños a identificar y nombrar sus emociones desde muy pequeños. Este acto sencillo tiene un gran impacto: favorece el desarrollo de la inteligencia emocional, reduce la reactividad impulsiva y permite que los adultos respondan con más calma y empatía. Numerosos estudios en psicología del desarrollo confirman que el vocabulario emocional temprano está asociado con mejores habilidades sociales, menor agresividad y mayor capacidad para resolver conflictos.
Otra herramienta esencial es la validación emocional. A menudo, sin intención, los adultos restan importancia a los sentimientos de los niños con frases como “no es para tanto” o “no llores”. Validar significa escuchar con presencia y sin juicio, transmitiendo que lo que siente es legítimo. Este acto fortalece el vínculo emocional y sienta las bases para una comunicación abierta en la adolescencia y adultez.
El libro enfatiza que no basta con decirle al niño qué hacer o cómo comportarse: es imprescindible modelar aquello que se enseña. La forma en que el adulto gestiona su propia frustración, pide disculpas o maneja el estrés tiene un impacto directo en cómo el niño aprenderá a hacer lo mismo. Ser consciente de las propias emociones y trabajarlas de forma constructiva ayuda a enseñar, sin palabras, la importancia de la autorregulación y la empatía.
Finalmente, Valdivia destaca la importancia de crear rutinas emocionales en el hogar. Estas rutinas pueden ser tan simples como leer juntos antes de dormir o conversar sobre el día. La investigación psicológica respalda que las rutinas emocionales son predictoras de mayor seguridad emocional y autoestima en niños y adolescentes, ayudando a prevenir conflictos y fortaleciendo la confianza.
'Amados Padres' no es una invitación a la perfección, sino al crecimiento compartido. Criar con conciencia y amor implica reflexionar, aprender y seguir construyendo juntos. Al aprender a nombrar emociones, validar sentimientos, educar con el ejemplo y construir rutinas emocionales, los adultos pueden ofrecer a sus hijos un regalo invaluable: las herramientas para amarse a sí mismos y a los demás con empatía y conciencia.