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Barrio Chino: El pequeño lugar en Perú donde empezó la más grande integración cultural del país

Con solo unas cuadras de extensión, el ‘chinatown’ peruano alberga mucho más que chifas. Es el lugar donde se pone de manifiesto la integración, la cultura y la historia de una migración que hermanó a dos países ubicados a miles de kilómetros de distancia entre sí.

Barrio Chino: El pequeño lugar en Perú donde empezó la más grande integración cultural del país
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El Barrio Chino en el Perú está al alcance de las manos. Y no necesariamente por los precios rebajados que los visitantes pueden encontrar en el mercadillo y restaurantes instalados en la zona, sino porque este lugar tradicional, que nació como centro de reunión para los centenares de culíes llegados del Asia, es uno de los más pequeños de la región, y puede ser recorrido y conocido en un par de horas cuanto mucho.

Lo dicho, teniendo en cuenta que el ‘chinatown’ peruano apenas ocupa cinco cuadras en promedio alrededor de su comuna vertebral, la conocida calle capón, que a diario recibe a los miles de ciudadanos que buscan deleitarse con la fusión gastronómica nacida en los chifas, adquirir abarrotes e insumos chinos con la mayor frescura, y diversos artículos tradicionales y decorativos para la buena fortuna y el hogar.

Como se sabe, la migración china a Perú es una de las más importantes de Sudamérica.

Corazón de la integración
“A veces me preguntan, por qué si tenemos tanta influencia china, nuestro Barrio Chino del Centro de Lima es tan chiquito, solo tiene una calle prácticamente, la calle Capón y la esquina con Paruro. Y mi respuesta es que no es muy grande porque una ciudad que tiene un Barrio Chino muy grande significa que a los chinos no los han aceptado y han tenido que formar un barrio para vivir, confinados”, explicó a Puente a China José Tam, presidente de la Cámara de Comercio Peruano China.

La razón por la que el Barrio Chino limeño no creció, habla bien de los peruanos que, en 1849, fueron sorprendidos con la enorme migración proveniente del gigante del Asia. Tam explicó que este asentamiento no creció, simplemente, porque los chinos no encontraron ningún problema para vivir en todo el Perú.

“Por eso están repartidos todos los inmigrantes chinos o sus descendientes por toda Lima, por todo el Perú, porque no había restricciones. Seguramente sufrieron algunas expresiones racistas o lo que fuere, pero no en una medida que les impidiera desarrollar sus negocios, sus familias, su convivencia. Entonces el ciudadano chino, el tusan, ha convivido en total armonía con el entorno local”, explicó.

Comunidad china también acude a los templos de la calle Capón para elevar sus plegarias. Foto: Difusión.

Y esta integración fluyó naturalmente y de una manera tan profunda y sencilla, dentro y fuera del Barrio Chino, por lo que es difícil determinar el origen de muchas costumbres adquiridas a lo largo de los siglos.

“Se han fusionado de manera tan natural, tan sencilla, tan profunda, que a veces es difícil encontrar los rasgos de mestizaje. Por eso digo que es un caso singular, un caso único en el mundo. Muchos historiadores extranjeros que cuando vienen se quedan perplejos con el fenómeno que sucedió aquí. Y que sigue sucediendo, de alguna manera”, explicó el presidente de la Cámara de Comercio Peruano China.

Barrio Chino por dentro
La calle Capón alberga, desde 1921, a los primeros chifas del país. Los mismos que fueron bautizados de este modo por el término Chi Fan que los chinos utilizaban para referirse al acto de comer. Actualmente, estos restaurantes ofrecen una variedad de platillos, a precios al alcance de todos los bolsillos, para los visitantes nacionales y extranjeros.

El primer restaurante que le abrió las puertas a los comensales peruanos se llamó Kuong Tong, cuya inauguración se dio a finales de dicho año, según mencionan los registros de la Asociación Peruano-China (APCH). Este restaurante sobresalía por su temática y adornos inspirados en las tradiciones del gigante del Asia.

En el ‘Chinatown’ de Lima también encontramos el tradicional Mercado Chino, lugar al que diariamente acuden desde ciudadanos asiáticos que buscan los tradicionales productos y abarrotes de su nación, hasta amas de casa peruanas que necesitan de las especias que harán suculentos a sus platillos de sabor oriental.

La entrada a este pequeño centro de abastos es bastante reducida y se puede perder entre las tiendas, bancos, casinos y levantados en la zona. En este apacible espacio, lo primero que se hace notar son los tradicionales tamales chinos de arroz, que salen en presentaciones dulces y salados.

La integración más notoria de la cultura china y peruana se dio en la cocina. Foto: Difusión.

En su corredor principal, se puede escuchar a la comunidad asiática pedir el ‘che cau’ o ‘pac choy’, o el tofu, condimentos, pastas para wantán y bocaditos. En este lugar se puede conseguir un ejemplar del “Man Shing Po”, el primer periódico chino que circula desde 1911.

Para la buena fortuna
Pero el Barrio Chino es más que comida. A lo largo de la calle Capón, los visitantes encontrarán los tradicionales kioskos donde, los maestros del Feng Shui podrán realizar una limpia de alma para dejar atrás las malas energías e influencias negativas, por precios que rondan los S/ 30.

En estos espacios salen como pan caliente diversos amuletos para la fortuna, con precios desde los S/ 5 en promedio. Entre estos destacan por supuesto los adornos de buda para la buena suerte, de sapo para la prosperidad o los gatos de la fortuna.

El Barrio Chino se vuelve un espacio turístico también por las losetas en las que se grabaron mensajes de amor, deseos de buena fortuna, fechas de nacimiento, entre otros. Estas fueron colocadas en la calle Capón durante la gestión del exalcade de Lima, Alberto Andrade, quien encabezó el proyecto para potenciar el turismo y comercio en esta zona de la capital.

Todo esto, detrás debajo del histórico arco que le da la bienvenida a los visitantes nacionales y extranjeros y que entre sus vigas, en idioma chino, señala que “bajo el mismo cielo, todos los hombres son hermanos”.

“En el Perú, es un caso singular de integración cultural, racial, gastronómica, etc. Aquí el ciudadano chino abrazó al Perú y los peruanos también abrazaron al chino”, sentenció el presidente de la Cámara de Comercio Peruano China, José Tam.