En un ambiente lleno de alegría, cultura y unión, los colaboradores de China Railway Tunnel Group Sucursal Perú (CRTG) celebraron el Festival de Medio Otoño, una tradición china que trasciende fronteras y une corazones bajo la misma luna.
El día festivo en la sede central inició con la presentación del significado del festival, a cargo de los directivos de la empresa, quienes compartieron el valor simbólico de esta celebración: la plenitud, la prosperidad y la unión familiar que representa la luna llena; el rol de esperanza de los faroles; y la unidad reflejada en los tradicionales pasteles de luna, que se comparten como gesto de hermandad.
Durante la jornada se resaltaron también los valores que identifican tanto a la cultura china como a la organización: gratitud, armonía, respeto por las tradiciones y unión familiar.
El bloque inicial concluyó con un concurso de conocimientos, donde los participantes demostraron interés y entusiasmo por aprender más sobre la historia y el significado de esta festividad milenaria.
La creatividad que ilumina
Acto seguido, el patio principal se transformó en un espacio de luz y color con el concurso de faroles, una de las actividades más esperadas del día.
Organizados en cuatro equipos, los colaboradores de las diferentes gerencias dieron vida a diseños únicos que reflejaban su creatividad, trabajo en equipo y espíritu colaborativo.
Faroles que contaban historias, que unían tradición y modernidad, y que simbolizaban la luz del esfuerzo colectivo. En menos de una hora, el lugar brillaba con colores, risas y energía, demostrando que la creatividad también es un puente entre culturas.
El sabor de la unión
A media mañana llegó uno de los momentos más esperados: la degustación de pasteles de luna.
Entre risas y miradas compartidas, los pasteles pasaron de mano en mano, recordando que la distancia se acorta cuando hay afecto y gratitud. Más que un postre, fue una experiencia simbólica: una tradición que une, inspira y reafirma el compromiso de seguir creciendo juntos, en unidad y esperanza.
La voz une culturas
La confraternidad también se sintió en cada nota. El karaoke reveló el talento, la alegría y la espontaneidad de los colaboradores, quienes interpretaron canciones peruanas y chinas, compartiendo aplausos, risas y emoción.
Fue un espacio donde la música se convirtió en lenguaje común y reflejo de la integración cultural.
Como en toda celebración, los premios no faltaron: tras los juegos y dinámicas del día, la Gerencia de Administración se consagró como ganadora, destacando por su entusiasmo y creatividad.
Una canción, dos patrias, un mismo sentimiento
Las celebraciones culminaron con un momento profundamente emotivo: la interpretación de “Mi patria y yo”, una melodía que traspasó idiomas y fronteras.
Peruanos y chinos cantaron con orgullo, mirando la misma luna que los inspiraba a seguir caminando juntos.
En ese instante, la música se convirtió en un puente de amistad, gratitud y respeto mutuo, símbolo del compromiso compartido de seguir construyendo unión, esperanza y futuro común.
El Festival de Medio Otoño en CRTG Perú reafirmó que la interculturalidad no solo se celebra, sino que se vive: en cada gesto, en cada historia y en cada sonrisa compartida bajo la misma luna.
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