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China, el primer socio comercial de Perú cuyas transacciones sobrepasan los S/ 32.000 millones

El exembajador de Perú en el gigante del Asia, Juan Carlos Capuñay, analiza el vínculo económico que beneficia y potencia a las dos naciones, y resalta que nuestro mayor socio en los negocios tiene muy presente el pasado histórico que nos une.

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El exembajador de China en el Perú, Juan Carlos Capuñay, explicó a Puente a China que, si bien las negociaciones con el gigante asiático son muy beneficiosas, pueden ser mucho mejores si se revisan los tratados comerciales, a fin de introducir mayores productos, sobre todo, los alimenticios. Además, señala que los ciudadanos peruanos se pueden sentir en casa en el lejano país, y, en contraste, los habitantes de esta gran nación tienen muy presentes a los naturales del Perú.

Se habla de la influencia de China en el Perú en el aspecto cultural, culinario, etc., pero no tan ampliamente del impacto en el tema económico. ¿Qué tan grande es esta influencia en nuestro país?

La relación nuestra con China se basa en un fundamento cultural. Tenemos la comunidad de descendientes chinos más grande de América latina y tenemos la segunda en el hemisferio occidental.
Ello ha dado base para que exista una relación en lo que se refiere a instituciones o prácticas económicas. Aparte de ello, con China existe la relación mejor estructurada en términos de vinculo de país a país. Tenemos un acuerdo de libre comercio del año 2010 que ha hecho que China se convierta nuestro primer socio comercial, con un comercio que sobrepasa los 32 mil, 33 mil millones de dólares. Ello ha dado lugar también a que seamos socios estratégicos y ha hecho que China se convierta en un inversionista muy importante en el país, tanto en el área de energía, minería, telecomunicaciones.

¿Cómo se sustenta esta influencia?

Contamos con un comité que se llama Comité de Dialogo Económico y Estratégico, en el cual participan empresas y gobiernos. Cada cual lleva su oferta y su demanda de proyectos. Eso ha dado lugar a que exista una inversión sostenible en el tiempo, una inversión muy amplia que comprende diversos sectores. Lo que pasa es que esa influencia se da tanto en la gran empresa como en la vida diaria, en la pequeña empresa.
En la gran empresa, podría ser por ejemplo que en Perú existen las oficinas de los dos bancos más importantes de la China, uno de ellos el segundo banco mas grande del mundo. Tenemos también la inversión minera más importante en América latina, la de Las Bambas. Tenemos el pozo de petróleo más importante, que lo trabajaba la CNPC, la Corporación Nacional de Petróleo de China.

¿Y a nivel de la pequeña empresa?

En China hay una feria de comercio para pequeños y medianos empresarios, y van cada año desde Perú. Es la Feria de Cantón, que se celebra en abril, pero principalmente entre octubre y noviembre. Y cada año va mucha gente del Perú. Una parte importante de este proyecto es CONACO (Confederación Nacional de Comerciantes), que se encarga de canalizar, ver, coordinar el viaje de los empresarios. Es por ese lado que se ve la influencia, tanto en la gran empresa, que no lo ve la persona de a pie, pero sí a nivel de los pequeños comerciantes. Porque ellos al final traen sus productos y los venden.
Esa influencia se da porque tenemos una relación muy bien estructurada en el ámbito económico, quizá es la mejor relación estructurada que se tiene con un país. Comprende no solo lo que se refiera comercio, comprende inversiones y comprende la búsqueda de socios estratégicos para inversiones, comercio, como ha sucedido por ejemplo con lo de Chancay (megapuerto).

¿Este tipo de relación se da exclusivamente con Perú?

Perú fue uno de los primeros, uno de los pocos que tuvo esa relación. Ahora ya se está ampliando. Algo que siempre digo, no es que China venga a buscar donde invertir en un país, lo hace, pero no es que llegue a imponer su inversión. Es el país, somos nosotros, es el país receptor, sea Colombia, Bolivia, Chile, Brasil, el que va y busca la inversión china. Hay un interés por ambos lados.
China es el socio comercial mas importante, con un comercio que supera los 35 mil millones de dólares, muy por encima de otros socios comerciales que tenemos. Se va invirtiendo en distintos sectores, como la minería, energía, telecomunicaciones, y se está haciendo en otros ámbitos. Lo importante aquí es fijar y determinar cuáles son nuestros intereses en cada inversión o proyecto.

Hablando de comercio, ¿Cuáles son los principales artículos que exportamos a China y qué productos vienen de allá?

Perú exporta a China, y a otros países, principalmente materia prima, productos mineros, productos de energía. Sin embargo, en los últimos años la oferta portable ha cambiado y se va estructurando de manera importante. Ahora existe ya por ejemplo productos como la agroindustria, productos marinos, que ya son muy importantes de la oferta exportable del Perú.
Nosotros ya somos uno de los primeros exportadores de paltas a China, somo el primero o uno de los primeros en producir bananos orgánicos y ya estamos avanzando hacia los cítricos, a parte de otros productos que ya se exportan a China. Creo que hay más espacio todavía para otros productos, pero eso va a requerir no solamente de negociación bilateral, sino que podamos cumplir con los requerimientos fitosanitarios que China impone, y que son muy rígidos.

¿Cuáles serían estos nuevos productos?

Creo que son carnes, algún tipo de frutas que nosotros tenemos y podemos exportar. Cítricos como el limón, naranjas, para los que existe un gran mercado en China. Pero lo importante es que se puedan cumplir con las condiciones fitosanitarias, con los requerimientos de salubridad.

Analizando el panorama. ¿Cómo ve usted el futuro de las exportaciones y negociones con China? ¿Qué otros horizontes se pueden abrir y qué beneficios habría para Perú?

El acuerdo de libre comercio con China se negoció en el 2010, a partir de una oferta exportable. En el año 2020, ADEX planteó, como es una práctica usual, que se renegocie el acuerdo de libre comercio para incorporar la nueva oferta exportable. Creo que ello ha sido importante porque se han incorporado productos que quizá en el 2010 no existían dentro de la nómina de productos exportables y ya se exportan ahora a China.
Quizá lo que se tenga que hacer ahora sería ir revisando -la mayoría de países lo hace- los acuerdos de libre comercio. Lo importante es la consulta a las cámaras de comercios o las instituciones de provincias. No circunscribir la oferta exportable tan solo al gran producto, sino llevarlos a la pequeña y mediana empresa, y eso sería lo más importante porque la mediana y pequeña empresa es la que mayor población ocupa y la que ofrece mayores posibilidades de ingresos y empleo a la población.
En la medida en que se pueda incorporar a la pequeña y mediana empresa de provincia a los acuerdos con China y otros, estaría creando enormes posibilidades para la población nacional.

¿Cree que la relación histórica del Perú y China haya influenciado para que el gigante del Asia ponga sus ojos en el Perú, para facilitar las relaciones comerciales y empresariales?

Sí, es evidente. La relación nuestra tiene un fundamento cultural, una base cultural. Por ejemplo, cuando el primer ministro Li Keqiang vino de visita al Perú, en el 2015, le preguntaron: "¿Qué opinaba del Perú, de Lima?", Y él dijo: “me siento entre paisanos, en la manera de ser, en la fisonomía, veo la gran cercanía con China”, eso ha facilitado mucho el acercamiento. Mucho tiene que ver la presencia de los bancos, de la gran comunidad china que existe en el Perú.

Al inicio se refirió a estos bancos. ¿Cuáles son estos?

Los dos bancos mas grandes de China están acá: Uno es el ICBC, el denominado Banco de Comercio de China, y el otro es el Bank of China, o Banco de China.

¿En qué posición podemos ubicar las inversiones chinas en el Perú frente a las de otros países?

China es uno de los primeros inversionistas en el Perú. Existen inversiones de Estados Unidos y Europa, pero China es uno de los primeros, ha sido el primer socio comercial.

¿Qué debe pasar para que China sea la primera inversionista?

En el comercio ya lo es. La primera, de lejos. Y en la parte de inversiones, en la medida que se vayan negociando acuerdos de inversión. Hay que pensar en lo que va a buscar China con las posibilidades de comercio de inversión, en base a beneficios. Entonces, lo que nosotros podamos tener, también lo tiene Bolivia o Chile. Si ellos le ofrecen mejores oportunidades, China se va allá, tan fácil como eso. Mucho depende la apertura que tengamos nosotros, no solo con China, sino con todos los inversionistas extranjeros.

Fue embajador en China. ¿Cómo fue su residencia en gigante del Asia y qué cambios ve en este país?

Fui embajador por cuatro años, pero visité China cuando empecé mi carrera. Cuando fui nombrado en Japón, en 1973, visité China como turista. Conocí China antes de que falleciera Mao. Después volví a China como funcionario de la embajada, en 1994, y como embajador, del 2014 al 2017. Tengo de China la clara idea de cual ha sido su evolución, cual fue la China en 1970, y cuál es la China de hoy.
Lo que siempre repito: No ha habido cambio en la actitud de la gente. Es la misma apertura. La misma facilidad de diálogo con el extranjero se daba en ese momento. Y lo que también es importante, es que ellos conocen y entienden sobre Perú, a partir de los vínculos culturales que existen, sobre todo en el sur de China, la parte de Cantón, Macao, Hong Kong. Allí, todos tienen tiene a alguien o un familiar que ha visitado o que ha estado, o que reside en Perú.

¿La estadía en China es más fácil para los peruanos?

Es muy fácil para nosotros como peruanos llegar y tener contacto con la parte china. Conversaba con unos funcionarios extranjeros, latinoamericanos, y les decía que para nosotros (peruanos) es muy fácil llegar y salir a la calle y caminar porque vemos las mismas caras que vemos acá, por la cantidad de población asiática que vive en Perú. Mientras que otros, sean chilenos, colombianos, me decían que no, que se sentían un poco raros de que haya tantos asiáticos juntos, pero para nosotros es muy común.