
Los resultados más recientes del Ranking Mundial de Universidades elaborado por Times Higher Education (THE) indican que podría estar gestándose una nueva configuración global en torno a la educación superior, la investigación y la innovación.
La edición 2026 del ranking no muestra grandes sorpresas: la prestigiosa Universidad de Oxford, en el Reino Unido, se mantiene por décimo año consecutivo en el primer lugar a nivel mundial, mientras que Estados Unidos conserva su dominio en los primeros puestos. En el top 10 figuran siete universidades estadounidenses, entre ellas instituciones de renombre como el Massachusetts Institute of Technology (2.º) y Princeton (compartiendo el 3.º puesto).
Sin embargo, un análisis más profundo de los datos —que abarcan más de 3.100 universidades de 136 países— revela una tendencia cada vez más clara y acelerada. Las potencias occidentales, históricamente líderes en Norteamérica y Europa Occidental, comienzan a ceder espacio ante un Asia en pleno auge, encabezado por China. Este fenómeno apunta a una transformación significativa en la geopolítica del conocimiento y la innovación.
El Ranking Mundial de Universidades recopila millones de datos para medir el desempeño de las principales instituciones de investigación a través de 17 indicadores clave, que incluyen aspectos como la calidad del entorno educativo, la reputación académica, la proyección internacional, la capacidad de atraer talento, la solidez investigativa y el vínculo con la industria.
En Estados Unidos, aunque 19 universidades han mejorado sus posiciones en los últimos rankings, un total de 62 han descendido, lo que refleja una pérdida de impulso entre las instituciones más reconocidas. Universidades emblemáticas como la de Chicago (15.º), Columbia (20.º) y Duke (28.º) registraron sus peores posiciones históricas, pese a partir de ubicaciones privilegiadas. Aunque el país sigue teniendo una fuerte presencia en el top 500 mundial con 102 universidades, esta cifra representa el nivel más bajo en la historia del país dentro de ese grupo. En el caso del Reino Unido, el panorama no es muy diferente: 28 universidades descendieron, mientras solo 13 mejoraron su desempeño. Al igual que en Estados Unidos, este año marca un récord a la baja en la representación británica dentro del top 500, que se reduce a 49 instituciones.
Estas caídas confirman una tendencia de largo plazo y podrían anticipar un cambio de dirección, considerando que los datos del ranking 2026 se recopilaron antes de los profundos recortes en financiación para investigación y las restricciones de visas para talento internacional implementadas recientemente en Estados Unidos. En el Reino Unido, el ranking tampoco refleja plenamente la crisis de financiación del sector universitario, marcada por cierres de cursos y despidos masivos a lo largo de 2025.
Como declaró a THE Irene Tracy, vicerrectora de la Universidad de Oxford, aunque el éxito de Oxford como número uno mundial “refleja la dedicación de nuestros académicos, personal de servicios profesionales y estudiantes, ocurre en un momento de verdadera presión para la educación superior en el Reino Unido.
“Mantener un sector dinámico y competitivo a nivel global requiere inversión y apoyo renovados, para que las universidades puedan seguir impulsando descubrimientos, oportunidades y crecimiento económico para las generaciones futuras”, añadió.
En el resto de Europa, la situación sigue una tendencia similar. Alemania cuenta con seis universidades en ascenso y 22 en descenso; Francia tiene tres que suben y 22 que bajan; España presenta dos al alza y diez a la baja; mientras que en los Países Bajos, ocho de sus 12 universidades han retrocedido posiciones.
El contraste con las potencias asiáticas más destacadas es cada vez más evidente. En China continental, las dos universidades más prestigiosas —Tsinghua y Pekín— mantuvieron sus posiciones en los puestos 12 y 13 del ranking global, respectivamente. Sin embargo, lo más relevante es que 18 instituciones chinas alcanzaron sus mejores ubicaciones históricas. Entre ellas, la Universidad de Zhejiang escaló ocho posiciones hasta el puesto 39 y la Universidad Shanghai Jiao Tong avanzó 12 lugares, ubicándose en el 40. Ambas ingresaron por primera vez al top 40 mundial, superando a universidades de renombre como el Georgia Institute of Technology, McGill University y la University of British Columbia.
Actualmente, China cuenta con cinco universidades dentro del top 40 —dos más que el año anterior— y un total de 35 entre las 500 mejores del mundo, superando incluso a Australia. El progreso también se refleja en Hong Kong, donde las seis universidades evaluadas en la edición anterior mejoraron su posición. La University of Hong Kong, por ejemplo, pasó del puesto 35 al 33. A ello se suman dos nuevas instituciones que ingresaron al listado este año, lo que marca un récord de seis universidades hongkonesas dentro del top 200 y dos entre las 350 mejores.
Corea del Sur continúa avanzando en las cuatro métricas principales de calidad investigativa. Diez de sus universidades escalaron posiciones, mientras que solo cuatro descendieron. El país alcanzó su mejor resultado histórico, con cuatro instituciones en el top 100 global.
Más allá del noreste asiático, otras regiones del continente también muestran un desarrollo destacado en investigación e innovación. En el sudeste asiático, Indonesia fue el país con mayor mejora general entre las naciones de gran tamaño, de acuerdo con su puntuación global en el ranking. Malasia también exhibe un avance sólido, con seis universidades que suben y solo una que desciende. Por su parte, la Chulalongkorn University de Tailandia logró ingresar por primera vez al top 600 mundial. En paralelo, se consolidan nuevas alianzas académicas y científicas con enfoque geopolítico, particularmente entre Europa Central y los Estados túrquicos. Turquía lidera esta tendencia, convirtiéndose en la cuarta nación con mayor representación en el ranking, con 109 universidades incluidas. Once de ellas ascendieron, tres descendieron y el resto se mantuvo estable.
En el Medio Oriente, Arabia Saudita impulsa un nuevo auge educativo en el mundo árabe: nueve de sus universidades mejoraron su posición, frente a solo cuatro que retrocedieron.
¿Indican los datos un posible cambio profundo en el equilibrio global de la educación superior, la investigación y la innovación en los próximos años?
Alan Ruby, investigador principal de la Graduate School of Education de la Universidad de Pennsylvania, considera que una transición definitiva del liderazgo académico del Oeste hacia el Este no es aún segura, aunque reconoce que la tendencia podría favorecer a las regiones emergentes.
“¿Apostarías en contra de la experiencia acumulada, la infraestructura establecida y la riqueza de las instituciones tradicionales?”, pregunta. “Son entidades que han sobrevivido a plagas, guerras, insurrecciones, antiintelectualismo, pruebas de lealtad, persecuciones e intolerancia religiosa”.
“¿O apostarías por los disruptores, los ágiles, las instituciones libres de las ataduras del precedente, el privilegio y la regulación pública? Al ponderar estas opciones, recuerdo el aforismo del teórico organizacional Jason Kelce, más conocido por su destreza en el equipo de fútbol de Filadelfia: son los perros hambrientos los que corren más rápido.”
Te puede interesar: