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23 Jun 2025 | 15:49 h
La inteligencia artificial (IA) está transformando el mundo del trabajo y uno de sus efectos más notables es el cambio en el empleo y las prioridades de contratación. Cada vez más empresas dejan de enfocarse en los títulos, los cursos técnicos y las certificaciones. Hoy, al contratar, se centran en las habilidades humanas, como el juicio ético, la creatividad y la capacidad de adaptación.
Una encuesta global de ManPowerGroup, que recogió la opinión de más de 40.000 empleadores, confirmó que el perfil ideal ya no es el más técnico, sino el más humano: personas con pensamiento crítico, juicio ético, empatía, liderazgo y habilidades para relacionarse en equipo. Las tareas repetitivas, estructuradas o técnicas están siendo asumidas por sistemas automatizados con IA generativa a la cabeza. En su lugar, las compañías valoran cualidades que la inteligencia artificial aún no puede replicar.
El nuevo enfoque pone en el centro el “potencial” de los candidatos. Rasgos como la curiosidad, la perseverancia o la flexibilidad ganan terreno frente a certificaciones técnicas específicas. Les dan prioridad a quienes pueden aprender y reaprender constantemente, en un entorno donde los cambios tecnológicos son la norma.
Una encuesta de ManPowerGroup, que consultó a más de 40.000 empleadores en 42 países, reveló que habilidades como la atención al cliente, la gestión de equipos, la toma de decisiones éticas y la capacidad estratégica están entre las más valoradas actualmente. Son capacidades difíciles de medir, pero esenciales para competir frente a la automatización.
Esta transición plantea un desafío importante, lamentablemente, los sistemas educativos y de formación profesional todavía no preparan adecuadamente a los trabajadores para este nuevo escenario. “Seguimos invirtiendo más en tecnología que en talento humano”, señala Chamorro.
Aunque la expansión de la IA genera temores sobre una posible destrucción masiva de empleos, organismos como la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ofrecen una mirada más equilibrada. Según la OIT, alrededor de uno de cada cuatro trabajadores enfrenta cierto grado de exposición a estas tecnologías, pero la mayoría de los puestos no desaparecerán: serán transformados.
El criterio humano, la inteligencia contextual y las habilidades sociales seguirán siendo esenciales en muchos ámbitos. En lugar de eliminar empleos, la IA está generando una redistribución de tareas y una mayor demanda de habilidades complementarias.