Sarawja de Moquegua es inscrito en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO

Con esta inscripción, el mundo reconoce una tradición que combina música, danza, memoria y encuentro comunitario; una celebración que año a año moviliza a familias y comunidades enteras en torno a la reciprocidad, la hospitalidad y el fortalecimiento de los lazos sociales.

El Sarawja, también llamado sarawjatana, se celebra anualmente después de Semana Santa, cuando comparsas familiares conocidas como ruedas recorren los pueblos de Cuchumbaya, San Cristóbal y Carumas, llevando música, canto y danza. Cada visita es recibida con alegría, frutas y platos tradicionales, en un gesto de hospitalidad que luego es devuelto por las familias anfitrionas.

Sus melodías —interpretadas exclusivamente con charangos de diferentes tamaños, chilladores y coros en aymara y castellano— evocan un contrapunto vocal único, mientras que la danza recrea el movimiento de las kiwlas, pequeñas aves andinas. Más que una fiesta, el Sarawja constituye una expresión viva de identidad y cohesión social que continúa transmitiéndose de generación en generación.

Durante la sesión, el Comité Intergubernamental destacó que la candidatura presentada por el Estado peruano cumplió con los cinco criterios requeridos para su inscripción, y felicitó especialmente el ejemplo de participación comunitaria en la elaboración del expediente, en el que las propias comunidades aymaras fueron actores centrales.

Para las comunidades portadoras del Sarawja, este reconocimiento supone un hito histórico: John Larry Coayla, alcalde provincial de Mariscal Nieto, resaltó que el Sarawja haya sido inscrito en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad “es un momento de profundo orgullo. No es solo música y danza: es la voz de nuestros ancestros, la alegría y la resistencia de nuestras comunidades. Esta inscripción honra a Moquegua y hace brillar al Perú”.

Por su parte, Rosa Guevara Jiménez, presidenta de los Portadores del Sarawja, destacó la trascendencia de este legado: “El Sarawja es un legado que hemos heredado de nuestros abuelos y que mantenemos vivo con esfuerzo y amor. Este reconocimiento nos permite compartir con el mundo nuestra historia y abrir nuevas oportunidades para el turismo cultural y la valoración de nuestras tradiciones. Preservarlas es un compromiso con nuestra identidad y con el futuro”.

En línea con otras manifestaciones inscritas este año —muchas vinculadas al trabajo manual, el arte, la música o la cocina tradicional— el Sarawja representa un ejemplo de cómo el patrimonio cultural inmaterial fortalece las relaciones intergeneracionales, dinamiza los vínculos comunitarios y contribuye a la sostenibilidad cultural.

La reunión, celebrada del 8 al 13 de diciembre en Nueva Delhi, reúne a los 24 Estados Miembros encargados de evaluar 68 nuevas candidaturas. En virtud de la Convención de 2003, la UNESCO mantiene tres listas internacionales que hoy incluyen 788 elementos inscritos en 150 países. Entre las candidaturas evaluadas este año figuran expresiones como el son cubano (Cuba), el koshary (Egipto), el festival de luces Deepavali (India), el yodel (Suiza) y la cocina italiana, entre otras.

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