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24 Oct 2025 | 14:19 h
Donde antes predominaban las áreas verdes, hoy solo se visualiza tierra árida. Donde antes existía un cielo despejado, hoy lo cubre el smog lleno de humo y niebla. Donde antes prevalecía vida en la tierra, hoy parece esfumarse poco a poco. Y es que la contaminación ambiental y el cambio climático no es un tema de juego.
Desde el siglo 19, el ser humano ha sido el principal causante de estas alteraciones, afectando—de manera consciente o inconsciente—a la temperatura de la tierra. En la actualidad, esta ha alcanzado los 1.1 grados C°, mucho más que en el siglo anterior. Y aunque no parezca mucho, este simple cambio podría generar grandes daños al planeta.
El cambio climático presente en el medio ambiente y en la diversidad del planeta, ha ocasionado que cada vez se produzcan con más frecuencia desastres naturales. El incremento en el nivel del mar o la presencia de condiciones meteorológicas extremas no solo dañan a las comunidades, sino también a la economía. Entre los efectos más grandes se encuentran:
Específicamente en América Latina, este fenómeno reduce la productividad agrícola y aumenta el precio de los alimentos causando desigualdad social.
De no tomar conciencia—a finales del siglo—la temperatura del planeta podría aumentar a 2.8 grados C°, teniendo como resultado consecuencias devastadoras. Con énfasis en gestionar medidas para regular esta situación, desde las Naciones Unidas se organizan conferencias internacionales conocidas como COP donde se reúnen Estados y diversos espectadores no gubernamentales.
Hace unos años—en 2015—, durante la COP 21, 191 países se comprometieron bajo el Acuerdo de París. El objetivo es limitar el calentamiento global por debajo de los 2° C, preferiblemente limitarlo a 1.5° C.
No obstante, a pesar de los esfuerzos realizados en conjunto, el año pasado fue considerado como el más cálido registrado en la historia según la Organización Meteorológica Mundial.
Considerando las condiciones climáticas de Perú, la ONU lo ha catalogado como uno de los países más vulnerables frente al cambio climático. Es más—desde el 2023—ya se ha padecido las consecuencias de sus efectos con la llegada del Ciclón Yaku y el Fenómeno del Niño Costero.
En los últimos 50 años, Perú ha perdido más del 50% de su superficie glaciar, reduciendo la reserva de agua para millones de personas. En ese contexto—desde 2008 a 2019—más de 656 peruanos se vieron obligados a desplazarse por los efectos climáticos.
El cambio comienza desde uno. Algunas prácticas recomendadas para prevenir y reducir las consecuencias del efecto invernadero son: