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24 Oct 2025 | 16:05 h
A nivel mundial, 12 millones de niñas menores de edad contraen matrimonio o se unen informalmente cada año, según datos de UNICEF. Aunque el número ha disminuido en las últimas décadas, el problema sigue siendo grave en regiones de Asia, África y América Latina, donde las leyes existen pero no se aplican.
El estudio Estado Mundial de las Niñas 2025 de Plan International, compartido con CNN, analizó la situación en 15 países con alta incidencia de matrimonios infantiles. Más de 250 jóvenes que se casaron antes de los 18 años relataron cómo sus vidas quedaron marcadas por la violencia, la pérdida de autonomía y la interrupción de sus estudios.
Rehana: casada a los 14 años en Bangladesh
Rehana soñaba con estudiar y abrir un negocio, pero su familia aceptó casarla a los 14 años con un joven de 17. “No entendía cómo casarme… Me gustaba estudiar. Estudiaba todo el tiempo”, contó. La promesa era que seguiría en la escuela, pero tras la boda fue aislada y víctima de maltrato físico y psicológico. A los 15 años logró divorciarse y hoy intenta reconstruir su vida vendiendo joyas mientras termina la secundaria.
Diana: embarazada y casada a los 16 en Zambia
En Zambia, Diana creyó que mudarse con su novio sería una forma de mejorar su vida. Sin embargo, tras quedar embarazada y dejar la escuela, la violencia doméstica y la pobreza marcaron su relación. “Todo era difícil, él no trabajaba… la vida era difícil para nosotros”, relató. Con seis meses de embarazo escapó de casa y regresó con sus padres, quienes la apoyaron para retomar sus estudios y criar a su hijo.
Jen: a los 13 empezó una relación con un hombre de 20 años
En Ecuador, Jen empezó una relación con un hombre siete años mayor cuando tenía 13. A los 15 se fue a vivir con él, convencida de que podría seguir estudiando. Hoy, con 18, reconoce que asumió responsabilidades de adulta demasiado pronto. Aunque logró terminar la escuela, su rutina gira en torno al hogar y la maternidad. “Era una niña, fue una decisión rápida, no sabía nada de la vida”, señaló.
El informe destaca que la pobreza, las normas culturales y la falta de oportunidades educativas son las principales razones detrás de estas uniones. En muchos casos, las familias creen que el matrimonio puede proteger a las niñas de abusos o garantizar su sustento, cuando en realidad las expone a mayor vulnerabilidad y violencia.
Aunque casi todos los países analizados cuentan con leyes que prohíben el matrimonio antes de los 18 años, las uniones informales —como las convivencias— quedan fuera de la regulación. Esto permite que miles de niñas vivan como esposas sin protección legal ni acceso a educación o salud sexual y reproductiva.
Los especialistas advierten que mientras no existan políticas efectivas de educación, empleo y protección social, el matrimonio infantil seguirá repitiéndose. “Estas niñas no eligen casarse: lo hacen porque sienten que no hay una mejor opción”, señala Plan International. Aunque algunas jóvenes logran escapar y reconstruir sus vidas, muchas otras quedan atrapadas en relaciones desiguales. Los expertos coinciden en que educar a las niñas y empoderarlas económicamente es la mejor forma de romper este ciclo que afecta a millones en todo el mundo.
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