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28 Oct 2025 | 11:59 h
El informe, titulado Mujeres liderando por el aprendizaje, revela que las mujeres que ocupan puestos de liderazgo en el ámbito educativo suelen generar un impacto positivo en la inclusión, especialmente al enfrentar problemáticas que afectan con mayor fuerza a las niñas. Además, suelen impulsar el crecimiento profesional del cuerpo docente y promover un ambiente de trabajo más colaborativo dentro de las instituciones.
"Aunque la mayor parte del personal docente son mujeres, estas enfrentan desafíos para ascender a mejores posiciones de liderazgo en la educación, al igual que ocurre con otras profesiones. Esto debe cambiar. No se puede ser lo que no se puede ver: más mujeres en el liderazgo educativo ayudarían a detener los estereotipos de género e inspirarían a las niñas a ir más allá, creando un ciclo virtuoso de beneficios para la sociedad en general", Stefania Giannini, Subdirectora General de Educación de la UNESCO.
El informe presenta cifras internacionales que evidencian la desigualdad de género en los puestos de liderazgo dentro del sector educativo. En algunos países de la OCDE, el 81% de quienes dirigen centros de cuidado infantil y preescolares son mujeres, pero en contraste, en el África francófona solo el 16% de las direcciones de escuelas primarias están ocupadas por ellas.
En 70 países de ingresos medios y altos, se observa una brecha de 20 puntos porcentuales en los cargos de liderazgo en colegios secundarios. A nivel global, en la educación superior, únicamente el 30% de las posiciones directivas están en manos femeninas. En regiones como África subsahariana, el sur de Asia y países como Australia, Chile, Qatar y Estados Unidos, los datos muestran que las mujeres suelen tener que demostrar su capacidad como docentes por más tiempo que los hombres antes de ser consideradas para un puesto directivo.
La desigualdad también se refleja en el ámbito gubernamental. Una nueva base de datos mundial elaborada por el Informe GEM revela que entre 2010 y 2023 solo el 27% de los ministros de educación y educación superior fueron mujeres. Además, aunque ellas tienden a ocupar el cargo por más tiempo, sus mandatos duran en promedio apenas cuatro meses más que los de sus colegas hombres.
En distintos países, se ha observado que el liderazgo femenino suele estar vinculado con un mayor compromiso con la comunidad y con políticas más inclusivas que enfrentan las barreras que afectan a las niñas, como la violencia de género o la falta de acceso a productos de higiene menstrual. Además, las mujeres al frente de instituciones educativas suelen fomentar ambientes escolares colaborativos y centrados en el aprendizaje.
Datos recopilados de 44 países de ingresos medios y altos indican que las directoras dedican más tiempo que sus colegas hombres a aspectos clave como el currículo, la enseñanza y la relación con padres y estudiantes.
En contextos de bajos ingresos, el impacto del liderazgo femenino también es notable: las escuelas dirigidas por mujeres muestran mejores resultados académicos, equivalentes a un año adicional de aprendizaje en algunos países del África francófona y hasta medio año más en ciertas naciones del sudeste asiático.
El informe además identifica una relación entre la presencia de mujeres en la política y un mayor presupuesto destinado a educación. En 19 países de altos ingresos, por cada punto porcentual que aumenta la representación femenina en los parlamentos, el gasto en educación como parte del PIB sube en promedio 0.04 puntos.
Detectar las barreras profesionales: analizar cómo avanzan las mujeres dentro del sistema educativo y qué obstáculos enfrentan al aspirar a cargos directivos. Es clave visibilizar los sesgos estructurales que limitan su crecimiento.
Superar las desigualdades del sistema: implementar programas de formación que ayuden a cambiar percepciones y reducir los prejuicios de género en los procesos de contratación. También se recomienda promover horarios laborales más flexibles que faciliten la conciliación familiar.
Apoyar el desarrollo de liderazgo femenino: fomentar espacios de capacitación, acompañamiento y mentoría que impulsen a más mujeres a ocupar posiciones de liderazgo dentro del sector educativo.
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