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13 Oct 2025 | 17:48 h
UNICEF presentó un nuevo informe en el que alerta sobre una tendencia preocupante: la obesidad infantil se ha convertido este año en la forma más común de malnutrición, superando por primera vez al bajo peso. Actualmente, más de 188 millones de niños, niñas y adolescentes, uno de cada diez viven con obesidad, lo que los expone a enfermedades graves y potencialmente mortales.
El documento titulado “Alimentando el negocio: Cómo los entornos alimentarios ponen en riesgo el bienestar infantil”, elaborado con información de más de 190 países, evidencia que el bajo peso entre los menores de 5 a 19 años ha disminuido del 13% al 9,2% desde el año 2000. Sin embargo, en el mismo periodo, la tasa de obesidad aumentó de 3% a 9,4%, superando al bajo peso en casi todas las regiones, salvo en África Subsahariana y Asia Meridional.
Los países insulares del Pacífico registran los índices más altos de obesidad infantil: Niue (38%), Islas Cook (37%) y Nauru (33%). Estas cifras, que se han duplicado desde el año 2000, están relacionadas con el abandono de las dietas locales tradicionales y el incremento en el consumo de alimentos procesados, baratos y de importación.
En naciones de altos ingresos, la situación tampoco es alentadora. En Chile, el 27% de los niños y niñas de entre 5 y 19 años vive con obesidad; en Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos, la cifra alcanza el 21%.
La directora ejecutiva de UNICEF, Catherine Russell, advierte que “cuando hablamos de malnutrición, ya no nos referimos solamente a los niños y niñas con bajo peso”. “La obesidad es un problema cada vez más alarmante que puede tener consecuencias negativas para la salud y al desarrollo de la infancia. Los alimentos ultraprocesados están desplazando cada vez más el consumo de fruta, verdura y proteínas, en un periodo de la vida en el que la nutrición es esencial para el crecimiento, el desarrollo cognitivo y la salud mental de los niños y niñas”.
Según la organización, los alimentos ultraprocesados están desplazando a opciones más saludables como frutas, verduras y proteínas. En los países de ingresos bajos y medios, aunque aún persisten graves problemas de desnutrición, el sobrepeso y la obesidad también van en aumento entre la población infantil y adolescente. Hoy en día, se estima que 391 millones de niños y adolescentes (uno de cada cinco) tienen exceso de peso, y un número considerable ya se encuentra dentro del rango de obesidad.
El informe subraya que las elecciones alimentarias de la niñez no dependen únicamente de la voluntad individual, sino de los entornos alimentarios poco saludables en los que crecen. Estos entornos están dominados por productos ultraprocesados, comidas rápidas y bebidas azucaradas que contienen altas cantidades de sal, grasas y aditivos.
La disponibilidad de estos productos en tiendas y escuelas, sumada a la publicidad digital, facilita que la industria de alimentos y bebidas llegue con facilidad a las audiencias más jóvenes.
Una encuesta global realizada por UNICEF a través de la plataforma U-Report, en la que participaron 64.000 jóvenes de 13 a 24 años en más de 170 países, reveló que el 75% había visto anuncios de bebidas azucaradas, snacks o comida rápida en la última semana, y un 60% admitió que esos anuncios aumentaron su deseo de consumirlos. Incluso en contextos de conflicto, la exposición alcanzó al 68% de los jóvenes.
Si no se adoptan políticas preventivas, los efectos de la obesidad infantil podrían ser devastadores tanto para la salud pública como para la economía. En Perú, por ejemplo, se calcula que las pérdidas asociadas al sobrepeso y la obesidad podrían superar los 210.000 millones de dólares, mientras que, a escala global, los costos anuales alcanzarían los cuatro billones de dólares para 2035.
Pese a este panorama, algunos gobiernos ya están implementando medidas. En México, donde la obesidad infantil es especialmente alta y los ultraprocesados representan cerca del 40% de las calorías diarias de los menores, se prohibió la venta y distribución de este tipo de productos en escuelas públicas, beneficiando a más de 34 millones de estudiantes.
UNICEF hace un llamado urgente a los países para transformar los entornos alimentarios y garantizar una dieta equilibrada para todos los niños y niñas. Entre las acciones prioritarias, la organización propone:
“En muchos países, observamos el peso de la malnutrición en sus dos vertientes: el retraso del crecimiento y la obesidad. Esta situación exige intervenciones específicas”, ha declarado Catherine Russell. “Para favorecer su crecimiento y su desarrollo, todos los niños y niñas deben tener acceso a una alimentación nutritiva y asequible. Se necesitan urgentemente políticas que ayuden a los progenitores y cuidadores a acceder a alimentos nutritivos y saludables para sus hijos”.
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